La industria del automóvil puede sufrir un «espejismo» tras el confinamiento
Los expertos creen que se acentuará el giro hacia la electrificación y digitalización
![Planta de Gestamp](https://s2.abcstatics.com/media/motor/2020/06/24/48102317011_14ef80aaf8_c-U15571773574QaM-1248x698@abc.jpg)
Tras el confinamiento, factorías de vehículos y proveedores de automoción recuperan, poco a poco, sus niveles de producción precrisis. Seat, por ejemplo, ha recuperado esta semana al total de sus 11.061 trabajadores en Martorell, la mayor planta del país, que a partir de este jueves producirá al 85% de su ritmo habitual. Sin embargo, los expertos apuntan a que existe mucha incertidumbre en cuanto a la evolución de la crisis, y alertan del riesgo de un espejismo.
«Ahora mismo estamos observando el efecto de la recuperación de los niveles de stock en las fábricas y los proveedores debido al parón que ha habido en las cadenas de suministro durante los casi tres meses de confinamiento», explica Cristóbal Colón , socio de Roland Berger especializado en automoción. «Esta recuperación de los niveles de stock y puesta en marcha de nuevo de la cadena productiva puede generar un espejismo de recuperación, que puede no ser real», apunta Colón. «Es importante tener en cuenta que ya en 2019, comparado con 2018, hubo una reducción del número de vehículos vendidos y de los márgenes del sector, y es previsible que esta tendencia continúe en el futuro», dice.
El experto, autor, junto a la patronal Sernauto, del informe « La “nueva normalidad” de la industria de automoción: Qué hacer para estar preparado. Recomendaciones para los fabricantes de componentes », cree que los fenómenos de la electrificación, la nueva movilidad o incluso la conducción autónoma «seguirán impactando en los volúmenes y las rentabilidades de las compañías de automoción», lo que puede hacer que la crisis del sector automovilístico se prolongue más que en otros sectores económicos, incluso en el mejor escenario macroeconómico esperable. «Se puede alargar por las tendencias y dinámicas subyacentes que ya había en el sector», apunta.
Pese a los planes de estímulo aprobados por países como España, Francia o Alemania, la patronal europea Acea cree que las matriculaciones de vehículos en la Unión Europea caerán en 2020 un 25% (el retroceso hasta ahora es del 45%), con 3.200.000 vehículos vendidos menos. Sernauto, la patronal española de fabricantes de componentes, que agrupa a algunas de las empresas más importantes del sector a nivel mundial, como Gestamp o Antolin, calcula que la facturación del sector se reducirá entre un 20 y un 30% este año. Las ventas pueden retroceder en más de 8.600 millones de euros. Como consecuencia, el empleo de las factorías de componentes se recortará entre un 6 y un 10%.
La crisis acelerará la tendencia hacia la digitalización y electrificación en el sector. «En este contexto las empresas necesitan ser más eficientes para mantener la rentabilidad o suplir la falta de ingresos y la digitalización es una palanca clave para lograr esa eficiencia ya que permite mejorar la productividad, diseñar nuevos procesos productivos o una planificación de la producción más eficientes. Por otro lado la electrificación es una respuesta a la necesidad de lograr una industria mas sostenible y con emisiones reducidas. En un contexto de crisis sanitaria o de salud es todavía más relevante la electrificación como palanca para mejorar el impacto de las emisiones en el medio ambiente y en la salud de las personas».
Estímulos y oportunidades
«Minimizar la situación requiere contar con planes de ayuda a la venta de vehículos pero también a la producción de los mismos. En cualquier caso, las ayudas de Francia y Alemania ayudaran de forma indirecta al sector en España ya que son los principales destinos de nuestras exportaciones en vehículos y en componentes. Tampoco hay que olvidar que los planes alemanes y franceses están enfocados hacia el impulso de la electrificación, tecnología de propulsión en la que España no tiene grandes volúmenes de producción », explica el experto a ABC.
Uno de los grandes riesgos de las empresas españolas es que son en su mayoría pymes, que por su tamaño, «disponen de menos recursos, menos capacidad de inversión y menos capacidad para aguantar una crisis. Esto es uno de los motivos por los que habitualmente ante una crisis se destruye tanto empleo y tejido productivo», alerta Colón. Ahora bien, la crisis abre también una ventana de oportunidad para la industria europea y española, gracias a un nuevo concepto, bautizado como globalocalización. «La crisis sanitaria ha demostrado la necesidad de acercar la cadena de suministro al eslabón final de fabricación de vehículos, especialmente en tecnologías y componentes críticos. Es previsible que parte de la producción que actualmente se realiza en China, se mueva hacia Europa y España para evitar la dependencia de China», cree Colón.