Los concesionarios destruyen empleo por primera vez en tres años
La incertidumbre de los compradores sobre qué tecnología adquirir y el enfriamiento económico redujeron su facturación un 4,3% en 2019
El comprador no sabe qué coche comprar y la factura ya la está pagando el sector del automóvil. Los concesionarios españoles emplearon a 161.500 personas en 2019, 900 menos que en el ejercicio precedente, tras destruir empleo por primera vez en seis años. La caída contrasta, según la federación Faconauto , con la tendencia de los ejercicios precedentes, en los que las redes de distribución de vehículos habían generado 35.000 empleos directos .
En 2019 las ventas cayeron un 4,8%; y en enero el retroceso ha sido aún mayor, del 7,8%. Especialmente preocupante es el dato del canal de particulares, el de mayor volumen, que acumula dieciséis meses de descensos, lo que se ha traducido en un retroceso en la facturación de las concesiones del 4,3%, hasta los 43.073 millones de euros (el 3,1% del PIB). La facturación por venta de coche nuevo retrocedió un 6,5% (con 31.068 millones de euros supuso el 72,1% del total); mientras que por operaciones de taller se ingresó un 10,5% menos (4.446 millones).
El hundimiento del mercado de particulares, el que más beneficio deja en los puntos de venta , ha tenido como consecuencia que muchos concesionarios o no han contratado al personal que tenían previsto o no han renovado contratos de trabajo, según Faconauto, que celebra esta semana su XXIX Congreso con la asistencia de 1.700 profesionales del sector de la automoción. Ayer, además, también intervinieron el ministro de Movilidad, José Luis Ábalos , y el presidente del PP y líder de la oposición, Pablo Casado. Está previsto que el cierre corra hoy a cargo de la ministra de Industria, Reyes Maroto.
«La gran duda es qué hubiera ocurrido si no se hubieran abierto esos debates sobre los tipos de propulsión y no se hubieran demonizado los motores de combustión», afirmó Gerardo Pérez , presidente de Faconauto . Una referencia a declaraciones como las de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que en agosto de 2018 aseguró que «el diésel tiene los días contados»; o a las diferentes medidas de restricción al vehículo privado tomadas por los diferentes Ayuntamientos y Comunidades Autónomas.
Las ventas de este combustible no han parado de caer desde 2010, pero su retroceso se ha acelerado en los últimos años, dañadas también por el escándalo de trucaje de emisiones Dieselgate, y ya solo lo eligen el 27,7% de los compradores. Sin embargo, el sector se aferra a su recuperación –junto al incremento en las ventas de modelos eléctricos e híbridos–, para cumplir con el exigente objetivo de emisiones de CO2 que se aplica en la Unión Europea desde este año. Y es que sus valores son inferiores a los que producen los propulsores de gasolina, que no obstante han visto disparada su cuota de mercado, lo que elevó en 2019 la media de emisiones de los coches nuevos un 1%.
Al mismo tiempo los consumidores han optado por mantener su viejo coche u optar por adquirir vehículos antiguos. Prueba de ello es que solo incrementó sus ventas el departamento de vehículo usado , un 11,1% más (hasta 7.567 millones). El sector reclama al nuevo Gobierno que apruebe un plan de incentivos que permita rejuvenecer el parque, como el que prevé el Acuerdo Estratégico de la Automoción, anunciado en febrero del año pasado pero paralizado por las sucesivas convocatorias electorales. «Tenemos claro que las dotaciones que vengan por el IDAE –el instituto energético depende de Transición Ecológica– no van a incluir a los coches de combustión, pero esperamos que sí sea posible a través de otros departamentos», aseguró Marta Blázquez, vicepresidenta de Faconauto.
Ábalos afirmó que el Ejecutivo es «consciente de que se ha generado incertidumbre» , y por ello la acción del gobierno «se centrará en proporcionar un marco estable y alineado con los objetivos comunitarios», en el que será parte clave una Ley de Movilidad que, dijo, «está muy avanzada». «Vamos a establecer un camino y unos objetivos claros que eviten la disparidad entre administraciones», abundó.
En su comparecencia, el ministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana aseguró que el Gobierno quiere abordar la movilidad «de manera integral entre distintos departamentos ministeriales». En este escenario de transición –que debe ser «justa y certera», precisó– «la movilidad debe garantizarse como un derecho». Por su parte, Pablo Casado , que se manifestó como un «entusiasta» del sector y de la actualidad del motor, valoró el papel de los concesionarios como vertebradores del territorio y calificó la caída en ventas de enero como «catastrófica». También cargó contra «las malas recetas del Gobierno» y los «anuncio muy irresponsables». «Están haciendo ingeniería social al intentar de facto reconvertir un sector sin medir las consecuencias», afirmó.