Bosch prevé una caída del 20% en las ventas mundiales de vehículos por el coronavirus

El gigante tecnológico alemán pide incentivos a la adquisición de todo tipo de vehículos, no solo eléctricos, y mantiene su compromiso de convertirse en la primera compañía neutra en CO2. Ha desarrollado un test de diagnóstico de coronavirus rápido del que prevé producir un millón de unidades en 2020 y tres millones en 2021

Empleado de Bosch junto a un sistema de pila de hidrógeno

Unai Mezcia

El gigante tecnológico Bosch ha presentado este miércoles sus resultados anuales en una atípica conferencia de prensa por streaming. El principal proveedor mundial del sector del automóvil cerró con una facturación de 77.700 millones de euros, un 0,9% menos , y un EBIT de 3.300 millones de euros, frente a los 5.500 del ejercicio precedente.

El área de soluciones de movilidad, su principal negocio, que engloba la producción de componentes para automoción, recortó su facturación en 2019 un -1,6%, hasta 46.800 millones de euros. Si se ajustan los efectos del tipo de cambio la bajada se situaría en el 2,1%. El retroceso será notablemente mayor este año, avanzó la corporación, que estima una caída de al menos el 20% en las ventas mundiales de vehículos en 2020.

«La crisis del sector del automóvil no tiene precedentes», constató Volkmar Denner , CEO de Bosch, que abogó por incentivar la demanda de vehículos con todo tipo de tecnologías, no solo eléctricos. «En países como Alemania la industria automovilística es crucial para la prosperidad del país. Los incentivos a la compra de coche probablemente sean necesarios para evitar dañar la prosperidad», aseveró.

Volkmar Denner, CEO de Bosch

Para este 2020, el panorama es sombrío, por causa de la pandemia mundial de coronavirus, que ha agravado el enfriamiento que ya atravesaba la automoción a nivel mundial. Solo en el primer trimestre, Bosch ha registrado una caída del 7,3% en la facturación. El área de soluciones de movilidad ha retrocedido un 7,7% en el primer trimestre, y un 19% en marzo.

Solo en abril el consorcio cerró casi cien instalaciones productivas, que ahora se prepara para reabrir, con nuevas medidas sanitarias para proteger a sus empleados. «Nuestro objetivo es sincronizar la reanudación de la producción y asegurar las cadenas de suministro, especialmente en la producción automotriz. Ya lo hemos logrado en China, donde nuestras 40 plantas locales han reanudado la producción », dijo Denner.

«Se necesitará un gran esfuerzo para lograr, al menos, un resultado equilibrado en este ejercicio», avanzó el responsable financiero de Bosch, Stefan Asenkerschbaumer, que no obstante resaltó el alto grado de diversificación en el negocio de la compañía como punto fuerte para afrontar la crisis desatada por la pandemia. En 2019, por ejemplo, el área de energía y tecnología constructiva incrementó su peso sobre la facturación, hasta los 5.600 millones de euros. El de bienes de consumo, que engloba el apartado de electrodomésticos, retrocedió un 0,3%, hasta los 17.800 millones de euros, mientras que el de tecnología industrial creció un 0,7%, hasta 7.400 millones.

Herramienta de diagnóstico médico diseñada por Bosch

El grupo además ha aprovechado su músculo tecnológico para desarrollar una prueba rápida de diagnóstico para el Covid-19 (prevé producir un millón a lo largo del año, y tres millones en 2021) y un dispositivo de análisis médico denominado Vivalytic. También ha adaptado trece de sus instalaciones en todo el mundo para producir máscaras de protección, hasta un total de 500.000 unidades al día.

Pese al incierto panorama económico, el grupo mantiene su compromiso de convertirse, a lo largo de 2020, en la primera gran corporación industrial del mundo en ser neutra en emisiones de CO2 . Algo que ya ha logrado en Alemania, gracias a la utilización de fuentes de energía renovables, el ahorro energético y la compensación de las emisiones que no puede evitar. «Estamos lidiando con una crisis grave y sin precedentes. Por eso he limitado mis anuncios estratégicos a la lucha contra el cambio climático, que no es menos crucial para nuestra supervivencia», aseguró Denner. «Actuar contra él costará dinero, pero no hacerlo costaría aún más dinero», insistió.

Ahora bien, en lo referido al transporte el directivo pidió no restringir el camino únicamente a la electrificación, puesto que «no todo puede electrificarse», y pidió a las autoridades apostar por los combustibles sintéticos y la pila de hidrógeno. En este sentido, la compañía abrirá una nueva área de negocio, para prestar servicios de asesoría sobre emisiones de CO2 a otras compañías en el camino hacia una economía climáticamente neutral, que la Unión Europea prevé alcanzar en 2050.

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