Prueba
Probamos el Mitsubishi Outlander PHEV: un candidato que sale a cuenta
El Mitsubishi Outlander PHEV no tiene rivales en el mercado. Nadie ofrece lo mismo que da este coche por este precio: espacio, tracción total, buen equipamiento, sin miedo a no tener enchufe y etiqueta cero.
El Mitsubishi Outlander PHEV es un pionero y eso tiene sus ventajas y sus riesgos. La ventaja es que, si aciertas, te has ganado un puesto ya en el mercado y, además, puede ir perfeccionándote. Habiéndose convertido en el híbrido enchufable más vendido, está claro que el Mitsubishi Outlander PHEV ha sido un acierto y en estos 6 años que lleva ya en el mercado se ha ido mejorando casi año tras año.
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Del primer Outlander PHEV que probé a éste no hay diferencias en el diseño del interior reseñables, en la carrocería poco más allá de los faros y paragolpes, pero en sus entrañas ha evolucionado mucho y ahora es un producto más redondo .
Ahora bien, aunque el Outlander ha ido progresando, sus rivales no han estado durmiendo. Cuando llegó, estaba solo , ahora los PHEV son la alternativa más razonable para la mayoría de conductores y le han salido enemigos por todas partes, más modernos, más llamativos, con más autonomía… pero en lo que el Mitsubishi barre es en la relación precio/producto.
Nadie ofrece un vehículo con etiqueta cero, con tracción total, más de 200 CV, este nivel de equipamiento y este espacio para viajar por este precio.
El diseño del Outlander no ha evolucionado demasiado en este tiempo. Tuvo un gran lavado de cara hace 3 años en el que se cambió por completo el frontal, los paragolpes y las ópticas traseras. Desde entonces, las mejoras se han centrado en sus entrañas y en su sistema híbrido enchufable , que ha mejorado su rendimiento un poco más todavía.
Mitsubishi Outlander PHEV: híbrido, eléctrico y 4x4 en un solo coche
El Mitsubishi Outlader PHEV se mueve gracias al trabajo de tres motores : dos eléctricos (uno en cada eje) y otro de gasolina. Los tres motores funcionan de forma independiente de forma que el Outlander puede ser un coche 100% eléctrico, un híbrido-serie (el motor de gasolina funciona para producir electricidad y las ruedas sólo se mueven con los motores eléctricos) o un híbrido paralelo (las ruedas delanteras se mueven por el trabajo conjunto del motor eléctrico y el de combustión).
El motor de gasolina es un 4 cilindros de 2,4 litros que funciona según el ciclo Atkinson . Este ciclo termodinámico se caracteriza por su elevado rendimiento, pero no el rendimiento en prestaciones sino energético. De hecho, sólo desarrolla 135 CV pese a su cilindrada. Este motor va acoplado a las ruedas delanteras con una transmisión que se acopla sólo cuando no queda más remedio al no haber energía suficiente en las baterías y a un generador que va cargando las baterías para usarlas como reserva de energía cuando el coche funciona como híbrido.
Junto a él, en el eje delantero tenemos un motor eléctrico de 82 CV que mueve las ruedas cuando recibe energía eléctrica o recarga las baterías cuando retenemos. En el eje trasero tenemos otro motor eléctrico que hace lo mismo, pero con 95 CV de potencia .
La potencia máxima conjunta es de 230 CV , pero sólo en momentos muy puntuales en los que tengamos suficiente energía almacenada en las baterías. . En el caso de que no haya energía acumulada en las baterías, a los motores eléctricos los alimenta el generador acoplado al motor de combustión. Si el motor de combustión tiene 135 CV, es imposible que pueda dar a los eléctricos 82+95=177 CV, de modo que en esas situaciones la potencia máxima disponible es de poco más de 100 CV.
Esto hace que, en un viaje largo como el realizado para esta prueba (Madrid-Vigo), en determinados puntos a duras penas haya sido capaz de mantener el máximo legal en el alto del Padornelo y en Las Estivadas.
Mitsubishi Outlander PHEV: carga y consumos
Las baterías que alimentan este sistema son de ión de litio y tienen una capacidad de 13,8 kWh . Según Mitsubishi, estas baterías tienen capacidad suficiente como para que el Outlander recorra 45 km en modo eléctrico, aunque durante la prueba ha costado superar los 32 km reales.
Para cargar estas baterías, el Outlander cuenta con dos tomas de corriente, aunque ninguna de ellas sigue el estándar Mennekes (el más extendido en Europa) sino el Yazaki o Tipo1, lo que hace que necesitemos un cable adaptador para la mayoría de puntos de carga públicos, de modo que en muchos casos lo que tendremos que hacer es cargarlo con el cable Schuko que trae el coche, con el cual tarda alrededor de unas 8 horas en cargarse por completo .
Además de cargarlo conectándolo a la red, el Outlander recarga las baterías cada vez que frenamos o soltamos el acelerador, como en cualquier híbrido no enchufable, pero hay todavía otra forma de llenar de electricidad las baterías: el modo Charge .
En la consola central hay varias teclas que activan diferentes modos de conducción: Sport, 4x4, 4x4 Lock, Eco, etc. Una de esas teclas nos permite seleccionar dos modos concretos que son: SAVE y CHARGE.
El modo Save lo que hace es reservar la carga que tengamos en ese momento en las baterías, forzar al coche a no funcionar en modo eléctrico sino ir siempre como un híbrido para mantener esa carga. De este modo, nos aseguramos que podemos usarlo en modo eléctrico cuando lo necesitemos, por ejemplo, para circular por el centro de la ciudad destino de nuestro viaje.
El modo Charge lo que hace es que el motor de gasolina funcione como un grupo electrógeno durante el viaje y que, además de mover el coche, cargue las baterías. Lógicamente el consumo se dispara bastante, pero nos permite poder circular por zonas de acceso restringido a vehículos sin emisiones en nuestro destino.
Ya que hablo del consumo, en un PHEV es complicado definir cuánto consume. La cifra homologada que puedes ver en la ficha técnica dice que el consumo medio es de 1,8 l/100 km, pero es que el consumo depende mucho de la distancia que recorramos. Si sólo hacemos 30 km y tenemos las baterías cargadas, habremos gastado unos 10 kWh, que vienen siendo unos 12 céntimos, y 0 litros de gasolina.
Si hacemos 100 km, los primeros 30 o 40 serán en modo eléctrico y el resto en modo híbrido, de modo que el consumo medio será de unos 5 l/100 km. A medida que nos alejamos de su rango en modo eléctrico el consumo medio aumenta hasta hacerse asintótico.
Durante la prueba, el consumo medido con el coche funcionando exclusivamente como híbrido ha sido de: 6,7 l/100 km en carretera y 9,2 l/100 km en autopista .
Mitsubishi Outlander PHEV: veterano pero bien hecho
El Outlander PHEV lleva algo más de 6 años en venta. Fue uno de los primeros híbridos enchufables disponibles en el mercado . En este tiempo, Mitsubishi lo ha actualizado dos veces y éste es el último de tres generaciones en cuanto a tecnología, en las que se ha ido aumentando su potencia y rendimiento. Estéticamente se llevó a cabo una profunda remodelación en 2016 y el año pasado un leve maquillaje.
El diseño del Outlander empieza a notar el paso del tiempo, pero tampoco desentona demasiado. Su frontal es la parte más llamativa, con unos faros full led muy rasgados y esa calandra típica de Mitsubishi con esa especie de boomerangs cromados en los extremos.
Por cierto, la iluminación de los faros es muy buena y proporcionan unos viajes seguros por la noche. También los antiniebla proporcionan una buena iluminación de los bordes de la calzada.
Los acabados y ajustes son buenos y llaman la atención las grandes puertas que dejan un acceso muy cómodo al interior, con un apunte: el portón trasero eléctrico es muy lento abriendo y cerrando, lo que hace que los días de lluvia te cales hasta los huesos esperando a poder meter o sacar algo de él.
En el interior es donde más notaremos la veteranía del modelo. Mientras sus rivales se han rendido a los cuadros de instrumentos completamente digitales, aquí seguimos con unos diales analógicos con una pantalla digital central para las funciones del ordenador de a bordo. El diseño es poco vistoso , pero lo cierto es que la calidad de materiales y ajustes es muy buena, así que, aunque sobrio, está muy bien hecho.
Los asientos son muy cómodos y, sobre todo, el espacio es muy amplio en todas las plazas y en el maletero, de modo que el Outlander es un coche ideal para viajar con la familia holgadamente y con confort gracias a unas suspensiones agradables, unos buenos asientos y un habitáculo bien insonorizado y climatizado.
Mitsubishi Outlander PHEV: precio imbatible
El acabado Kaiteki de esta unidad de pruebas es el tope de la gama en Mitsubishi y su equipamiento es muy completo : asientos de cuero calefactados y con reglaje eléctrico, climatizador de doble zona, llantas de aleación, climatización programable…
En materia de seguridad activa y ADAS está bien servido pero sus rivales más modernos tienen sistemas más perfeccionados. Por ejemplo, en el Outlander tenemos un asistente de mantenimiento en el carril que sólo nos avisa con alertas sonoras de que nos salimos del carril, mientras que casi todos sus rivales actúan sobre la dirección para evitar que nos lleguemos a salir. Alerta de colisión con frenado de emergencia , cámaras de marcha atrás periféricas, sensores de ángulo muerto, asistente de luz de carretera, control de crucero adaptativo… no va nada mal servido, y menos por este precio.
El sistema multimedia también se ha ido actualizando, pero sigue un paso por detrás de la competencia. Confían el navegador al que tengamos en nuestro móvil, no dispone de navegador integrado, sino que esta función se hace a través del Android Auto con el móvil. Tampoco tenemos un cargador inalámbrico.
Como en todos los PHEV, en el Outlander podemos programar las horas a las que queremos que inicie la recarga y también el climatizador , de modo que cuando vayamos a coger el coche ya esté a la temperatura de confort mientras lo teníamos enchufado a la red, con lo cual ahorraremos después al iniciar la marcha, sobre todo en invierno.
Lo cierto es que la relación precio/producto del Outlander PHEV es imbatible y nadie ofrece en el mercado un coche así y con este equipamiento por poco más de 30.000 euros. La mayoría de sus rivales directos cuestan de media casi 5.000 euros más a igualdad de equipamiento.
Mitsubishi Outlander PHEV: fácil y cómodo
Llegamos por fin al apartado en el que describir cómo se conduce el Outlander PHEV y lo más destacable es lo fácil que nos hace la vida a bordo y el confort . En ciudad es una gozada movernos sin preocuparnos de la caja de cambios, sin ruido y sabiendo que en medio de un atasco no estamos quemando gasolina absurdamente.
Es una gozada pulsar el botón de arranque y que no haya ningún ruido, sólo una luz verde que pone «READY» nos indica que ya está listo para moverse. Ponemos la palanca de cambios en la D y ya nos olvidamos de todo salvo el volante, el acelerador y el freno.
En ciudad es muy cómodo, tiene un buen radio de giro y sólo su tamaño será un incordio para buscar aparcamiento, pero es un coche muy fácil de conducir, con buena visibilidad y que nos quita mucho estrés.
En carreteras viradas se nota su peso. El Outlander tiene bastantes inercias y no es demasiado ágil, pero tampoco es el SUV más torpe del mercado. En realidad pide ritmos tranquilos y viajar cómodos, es muy coherente con el tipo de coche que es y nos lleva a su terreno. Al final acabas conduciéndolo como a él le conviene y disfrutas de viajes muy cómodos. Los frenos tienen buen tacto y aguantan bien el trabajo de detener un coche que pasa de las 2 toneladas.
A la hora de realizar adelantamientos conviene tener presente que los 230 CV sólo están disponibles si tenemos algo de carga en las baterías, es uno de los puntos débiles de este coche, que puede que las hayamos gastado tanto subiendo un puerto que sólo el motor de gasolina sea lo que tenemos para acelerar, con lo cual hay como máximo 135 CV.
En autopista es un coche que también deja claro que el confort es su máxima. En curva rápida se mantiene en su sitio y transmite seguridad al conductor.
Aunque tiene tracción total y podemos simular una especie de bloqueo del diferencial central y que los dos ejes se muevan síncronamente, es muy pesado y los motores eléctricos son muy bruscos cuando aceleramos. Esto provoca pérdidas de tracción sobre firmes con poca adherencia. Es un SUV, no un todoterreno . Nos moveremos bien por pistas forestales y zonas poco complicadas, podemos sacar un buen partido en carreteras nevadas o heladas (con los neumáticos apropiados, eso sí), pero no es un 4x4 .
En definitiva, el Mitsubishi Outlander es un coche muy fácil de conducir, muy cómodo para sus pasajeros y muy versátil. Con él podremos movernos por el centro de las ciudades con acceso restringido o plantearnos un viaje con la familia hasta el fin del mundo y todo por un precio sin competencia.