El Kuga Hybrid que hemos probado conjuga un motor de gasolina Atkinson de 2,5 litros con una pequeña batería de 1,1 kWh que se recarga de forma automática al frenar o decelerar. Aunque la batería es mucho menor que la de su hermano enchufable -que ofrece 56 km en modo eléctrico- su gestión energética es muy buena, llegando a estar el modo eléctrico disponible en prácticamente el 80% del tiempo de funcionamiento en ciudad. Cabe recordar que también está disponible una alternativa EcoBlue Hybrid diésel con tecnología de microhibridación (mild hybrid) de 48 voltios, eso sí, con un grado de electrificación muy inferior al del Kuga Hybrid.