Austin Russell, el joven que quiere crear el coche del futuro

Con 25 años y autodidacta se ha convertido en el multimillonario más joven del mundo tras lanzar Luminar, un sensor láser para hacer los vehículos más seguros. Elon Musk lo ve como un rival

Pilar Vidal

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Austin Russell mide metro ochenta, luce cabellera y barba rubias, viste sport como los chavales de su edad. Tiene 25 años, pero a diferencia de los chicos de su generación, es multimillonario (2.640 millones de euros). Y lo es por méritos propios. Además, según la revista ‘Forbes’, es una de las únicas doce personas en el mundo que ha conseguido esa fortuna antes de llegar a los 30. No tiene cuenta ni en Twitter, ni en Instagram: prefiere leer la Wikipedia y seguir los tutoriales de YouTube, su escuela, porque ahí es donde ha aprendido todo lo que sabe, que no es poco.

Este joven californiano, prodigio de la óptica, es el fundador y CEO de Luminar (el nombres es una combinación de las palabras luz y radar), una empresa de sensores láser que fundó a los 17 años y que ahora cotiza en Bolsa -Austin posee un tercio del capital- y recibe encargos de las principales empresas de automóviles. Pero su objetivo es convertir su trabajo en una nueva y moderna tecnología de seguridad que se integre en cada vehículo que se fabrique en el mundo. Su sueño es salvar vidas al volante. Ese es el único filantropismo que va a permitirle su fortuna. Y no va mal encaminado según los expertos del sector.

Por ese motivo, Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, se ha convertido en su principal enemigo y aprovecha cualquier intervención en público para desprestigiar la tecnología del joven Russell. Según Musk «los sensores de Lidar son demasiado caros para los automóviles» y cualquiera que confíe en ellos «está condenado», llegó a decir en un evento de Tesla en 2019. El famoso empresario ejerce una especie de ‘mobbing’ que al joven genio autodidacta no parece amedrentarle.

No tuvo una infancia normal: memorizó la tabla periódica a los 2 años y cuando estaba en sexto grado, conectó su videoconsola de juegos Nintendo DS a un teléfono móvil porque sus padres le prohibieron tener uno. A los 13 años presentó su primera patente: un sistema de reciclaje de agua subterránea que recoge el agua de los aspersores y la guarda para volver a regar el jardín. En lugar de ir a la escuela secundaria, pasó su adolescencia en la Universidad de California, en el Instituto de Láser Beckman de Irvine. Luego fue admitido en Stanford para estudiar física, pero a mediados del primer curso ganó una beca Thiel de 100.000 dólares para fundar Luminar, donde desarrolló su propia ‘startup’ de tecnología: comenzó con el uso de láseres para medir la distancia entre objetos. Todo ello, mientras se sacaba el carné de conducir.

Russell defendió hace poco en una entrevista que no ve mal que algunos jóvenes abandonen los estudios, como hizo él: «Puede funcionar si tienes muy claro lo que quieres hacer y cómo piensas hacerlo». Por ese motivo, su razonamiento no es tanto una excusa para no estudiar como una razón para prepararse. Luminar ha logrado reunir cerca de 40 millones de euros de inversores y da trabajo a más de 400 empleados. Tiene dos oficinas y una fábrica, todas ellas ubicadas en Estados Unidos. Ahora, Toyota y Volvo le han pedido que cree un coche completamente autónomo en 2021. A Martin le gustan estos retos. Si los supera, ganamos todos.

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