Los riesgos de la conducción nocturna
Aunque de noche se estima que el tráfico disminuye un 60%, el 42% de los accidentes mortales suceden a esas horas. Y eso que muchos prefieren circular en ausencia de luz natural...
Este fin de semana cambia la hora , y con el invirno a la vuelta de la esquina la luminosidad natural disminuye de forma apreciable . Algo que sucederá durante los próximos meses. Sobre esto, recuerdan desde Fundación CEA que «el ser humano es un animal de día». Y señalan que un conductor recibe a través de la vista el 90% de la información del tráfico , por lo que la calidad de ésta está supedita a la capacidad de percepción visual, resultado de la sensación luminosa —valorando sus variaciones de intensidad—, la sensación de las formas —o agudeza visual— y la sensación cromática —capacidad de reconocer los colores—
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Los tres procesos quedan perturbados reduciéndose la capacidad visual nocturna de 1/20 frente a la capacidad con luz de día. Esto somete a la vista y al cerebro a mayor esfuerzo para actuar con rapidez y eficacia. Y la situación es aún peor ante condiciones climatológicas adversas : en caso de lluvia, el pavimento mojado absorbe buena parte de las radiaciones lumínicas de los faros.
¿Cuáles son los riesgos?
Conducir de noche entraña peligros asociados a la pérdida de agudeza visual y la disminución del campo visual. En la oscuridad no apreciamos ni velocidad ni movimiento . Es más, ésta puede ocultar peligros visibles con luz diurna. Por ejemplo, los objetos oscuros no se ven sobre fondo oscuro.
Todo ello implica un tiempo superior para identificar objetos e interpretar correctamente la señalización vial vertical, horizontal y de balizamiento. Pero, además, conduciendo de noche nos exponemos a ser deslumbrados por los faros de los vehículos que vienen de frente.
Pero es que además corremos riesgo de sufrir aparición prematura de monotonía , fatiga y cansancio, especialmente entre las 4 y las 6 de la mañana , cuando baja el nivel de alerta. Y eso por no citar la presencia de mayor número de conductores bajo los efectos del alcohol, las drogas, el cansancio...
Conviene recordar que, en ausencia de luz diurna, son muchos los conductores que no adaptan la velocidad al campo visual iluminado , circulando a una velocidad excesiva para la capacidad de sus ojos. Conductores que realizan maniobras antirreglamentarias pensando que no serán vistos por la menor vigilancia y servicios de emergencia que podrían tardar más en llegar a un accidente son aspectos muy a tener en cuenta.
¿Comodidad?
Con todo, hay quien elige la noche para conducir por la menor densidad de tráfico, que de paso permite una conducción más relajada y el mantenimiento de una velocidad promedio más alta.
En todo caso, solo conviene conducir de noche si se está en buen estado psicofísico , el vehículo va en perfecto estado de mantenimiento y uso, y el viaje ha sido bien planificado. De lo contrario, el se debería demorar el viaje.