Los padres creen dar buena imagen a sus hijos conduciendo; sus actuaciones lo contradicen
El 76% de los españoles piensan que sus hijos les ven como buenos conductores, aunque un 23% ha sido multado por exceso de velocidad mientras viajaba con ellos.
De acuerdo con los nuevos datos recabados por Goodyear , aunque los padres se creen buenos modelos para sus hijos en la carretera, puede que realmente estén ejerciendo una influencia negativa en sus hábitos de conducción. Los datos de los padres españoles confirman esta tesis.
La conclusión surge de una encuesta a padres de conductores noveles (hasta 25 años) ideada para entender la actitud de los progenitores hacia la seguridad vial, tanto a la hora de dar ejemplo al volante como de ayudar a sus hijos cuando aprenden a conducir.
De la encuesta se desprende que muchos padres parecen ser
Los chicos prestan atención desde los 6 años.
conscientes de la gran influencia que ejercen sobre los hábitos de sus hijos con relación a la conducción y la seguridad vial. La gran mayoría dice que sus hijos prestan atención a su comportamiento al volante (50%), y más de un tercio afirma que sus hábitos de conducción empiezan a influir en la actitud hacia la seguridad vial de sus hijos cuando tienen entre 6 y 16 años (31%).
Más de tres cuartas partes de los padres españoles opinan que sus hijos los ven como buenos conductores (76%), y otro 58% opina que sus vástagos consideran su conducción un buen ejemplo para los demás.
Más cuidadosos
Más de la mitad de los padres de conductores noveles entrevistados dice que desde que tienen hijos han empezado a conducir con más cuidado (62%).
Los expertos están de acuerdo en que los padres ejercen un papel importante en la forma de conducir de sus hijos. Su papel en este sentido comienza muy pronto y son generadores de conductas y comportamiento en carretera, como conductores, ciclistas o peatones.
Los padres de conductores noveles pueden influir en sus hijos
Los padres influyen aún cuando los hijos no se dan cuenta.
sin ni siquiera darse cuenta. Y es que aunque un niño no muestre interés en la conducción, reconoce el modo en que sus padres se enfrentan al tráfico. Se aprende constantemente de forma explícita o implícita, lo que significa que los niños pueden asimilar un comportamiento sin prestar atención. En realidad, los padres se convierten en modelos cuando sus hijos empiezan a formar parte del escenario de la carretera.
Aunque los padres creen que son una influencia positiva, no siempre están seguros de su destreza al volante: solo el 60% de los encuestados declararon que serían capaces de aprobar un examen de conducir a día de hoy.
Aún más preocupante es la tendencia de los padres a conducir temerariamente: un tercio admite haber adquirido malas costumbres a lo largo de los años (32%).
Además, el 23% de los padres españoles han sido multados por exceso de velocidad llevando a sus hijos en el coche y otros (37%) admiten que se enfadan con otros conductores , peatones y ciclistas.
Estudios previos de Goodyear han demostrado que el exceso de velocidad es el error más común de los conductores jóvenes (66%) y supone un reflejo del comportamiento de sus padres. Otro dato inquietante es que a los padres que tienden a rebasar los límites de velocidad les preocupa menos que sus hijos hagan lo mismo que a los que son más respetuosos con las normas.
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