MINI 5p, un capricho un poco más funcional

La gama del fabricante británico añadía hace poco una carrocería de 5 puertas de funcionalidad lógicamente superior a la del clásico hatchback de tres. Con todo, sus menos de cuatro metros dan lo que dan de sí por espaciosidad, que es más bien poco. Hemos analizdo si merece más la pena en diésel o en gasolina. Éstas son nuestras conclusiones

MINI 5p, un capricho un poco más funcional

Pensando en un público seducido por el clásico MINI de 3 puertas , pero que lo encuentra demasiado pequeño y poco versátil, la marca de Oxford, propiedad de BMW Group, lanzaba hace poco una versión alargada en 16,1 cm dotado de 5 puertas .

Ojo, pues por longitud sigue siendo justo. Y es que sus 3,98 metros lo emparejan con modelos tipo Seat Ibiza , no con los Volkswagen Golf y compañía a los que, por precio y exclusividad, apunta miras. Por cierto, respecto al MINI de 3 puertas, que a igualdad de motor supone un desembolso 900 euros menor, éste de 5 homologa 5 plazas y no 4, y gana unos 70 litros de maletero (de doble piso) hasta acariciar 280 (o 1.295 litros abatiendo los respaldos traseros partidos en porciones asimétricas), de nuevo en línea con el segmento B de utilitarios.

En otras palabras, ofrece un nada desdeñable plus de espacio ideal para usuarios con niños pequeños, o bien para quien, de cuando en cuando, lleva gente detrás. Pero sobre todo es más cómodo por sus puertas traseras. Dicho esto, hay que precisar que las últimas, como pasa con las delanteras, son pequeñas y abren poco ángulo. Muy sólidas, de acuerdo, como el vehículo en su conjunto, pero pequeñas, en particular para usuarios de buenas talla y envergadura. Tampoco el espacio posterior es particularmente generoso para adultos, sobre todo si las butacas delanteras van retrasadas.

Visto en directo, nuestro protagonista es claramente más largo, más grande si se quiere que el MINI 3p. Y aunque los aspectos estéticos son subjetivos, a nuestro parecer «pide» ruedas de buen tamaño, porque las que aporta de serie de 15 pulgadas se aprecian pequeñas. Eso sí, las de 16 cuestan 650 euros, las de 17 pulgadas 1.300 euros, y las llamativas llantas de 18 pulgadas que se pueden apreciar en las imágenes (blancas, bicolor...) se plantan en, al menos, 1.800 euros.

A gusto del consumidor

Precisamente, el nuevo MINI 5p se puede personalizar, como el resto de la gama, hasta el milímetro, siempre pagando aparte por supuesto: desde carcasas de retrovisor diferentes a intermitentes blancos, detalles internos de aspecto porcelánico, tapizado de cuero (desde 1.800 euros), techo panorámico practicable (900 euros), los tan de moda faros LED (800 euros), antinieblas (150 euros)... En fin, la lista es casi interminable. Al menos climatizador bizona, 4 elevalunas, 6 airbags o sistema de audio (el Bluetooth para el teléfono son 150 euros más) van incluidos.

El coche calca la calidad (de primera) y la presentación (mejor organizada que en los primeros MINI) del resto de la gama . Está muy bien hecho y eso, claro está, de una u otra forma termina pagándose. Dinámicamente también va muy bien. Frente a la primera entrega de la nueva era MINI es un coche mucho más confortable (aunque no tanto como un modelo de segmento C Premium ) sin haberse dejado por el camino un ápice de agilidad.

Así, mantiene una dirección súper directa, tanto que obliga a cierta atención para corregir levemente la trayectoria circulando en recta, lo que tiene su contrapunto en tramos de curvas, donde vira plano y entra rápido y directo, casi como un kart. De paso, frena en condiciones. En esto, muy bien.

Hacer números a conciencia

Sobre motores, hemos centrado nuestro análisis en los intermedios Cooper de gasolina y gasóleo, con 136 y 116 CV (230 y 270 Nm) en cada caso. Estas mecánicas de nueva generación, 1,5 litros, 3 cilindros turbo y sonido imperceptible (como las vibraciones, hasta del diésel), ya pasaron por nuestras manos con un saldo gratificante en el último MINI de 3 puertas.

Conforme a nuestros datos, el primero exige 6,5 l/100 km de media real y el segundo alrededor de 5,7. Con una diferencia de precio entre ambos de 1.550 euros a favor del Cooper de gasolina, y atendiendo a los precios de los carburantes, habrá que completar 77.500 km par que el diésel salga a cuenta. Y como siempre decimos, a unos 10.000 km/año de promedio son cerca de 8 ejercicios, o por ejemplo 5 años a razón de 15.000 km anuales. Muchos...

En la práctica calcan prestaciones, para lo que entre otros asocian un cambio manual (automático en opción por unos 1.500 euros) de 6 relaciones y tacto delicioso, rápido, suave y preciso. Y empujan y adelantan con decisión, aún sin tratarse de mecánicas puramente deportivas.

Claro, esa faceta queda reservada a los Cooper S de 192 CV (una joyita de 26.850 euros y 9,5 l/100 km efectivos) y Cooper SD de 170 CV (27.650 euros), de gasolina y gasóleo respectivamente.

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