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Los ritos sangrientos para entrar en las bandas latinas
Valor, sacrificio, venganza, obediencia ciega a la palabra de los «reyes» y fidelidad hasta la muerte conforman algunas de sus reglas. Cifuentes ha ordenado la expulsión de sus 128 líderes
Valor, sacrificio, venganza, obediencia ciega a la palabra de los «reyes» y fidelidad hasta la muerte conforman algunas de sus reglas. Cifuentes ha ordenado la expulsión de sus 128 líderes
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Expulsión de sus cabecillas
Guerra sin cuartel a los cabecillas e integrantes de bandas latinas . Ese es el objetivo que se ha marcado la Delegación del Gobierno que dirige Cristina Cifuentes. Lo lleva a cabo aplicando la Ley de Extranjería que permite revocar la nacionalidad adquirida, anular el permiso de residencia y trabajo y la expulsión del territorio nacional, además de la Ley de Seguridad Ciudadana.
De este modo se está aplicado dicha normativa a 34 cabecillas de los cuales dos ya han sido expulsados de nuestro país y se les ha prohibido volver en 5 y 10 años. Otros 18 cuentan ya con la orden y el resto están tramitándose ya que han recurrido. Del total, 12 son integrantes de los Ñetas, 8 de los Trinitarios, 7 de los Dominican Don't Play (DDP), 5 de los Latin King y 2 de las maras inactivos en España.
«La entrada en la banda es como un enamoramiento que da respuesta a todas tus necesidades; después, todo cambia». Así lo afirma Nuria Manzano, educadora social, con años de experiencia a sus espaldas con pandilleros, ex pandilleros y simpatizantes. Agresividad; irritabilidad; violencia; «pellas»; peleas; absentismo escolar; problemas con los padres..., son el peaje a pagar por los adeptos, que se convierte en extorsiones, agresiones, e incluso, amenazas de muerte, si desean acabar con ese círculo vicioso.
Soledad; desarraigo; desorientación; inadaptación; desestructuración familiar yfracaso escolar conforman las señas de identidad que llevan a menores y adolescentescentro y suramericanos, junto a españoles de las mismas características, a caer en esta compleja tela de araña.
Parques, polideportivos, colegios e institutos, suelen ser los lugares de captación de estos chavales. «Por su edad, están en plena búsqueda de su identidad. Necesitados de vínculos y modelos que les aporten seguridad y les hagan sentirse importantes y valiosos», afirma. El referente puede ser un profesor, un cantante, un equipo de fútbol o un grupo radical se llame «Ultrasur», «Skins», «Juventudes de Canillejas» o «Latin King» (LK). El problema es cuando se equivocan en su elección.
Ante el rechazo y las actitudes xenófobas que sufren, utilizan los modelos que les hacen sentirse más fuertes, protegidos y aceptados entre un grupo de iguales que les acoge, como forma de autodefensa.
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Lenguaje épico y discurso racial
Una vez captado, el futuro miembro debe ganarse la confianza de los líderes. En Madrid están implantados los «Latin Brothers», «Latinos de Fuego», «Dominicans Dont Play» y «Los Batos Locos», principalmente, además de «Latin» (LK) y «Ñetas», las más activas y enemigas, que se tienen declarada la guerra. Se mueven por la máxima agresión / ataque / agresión/ ataque.
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Venganza y obediencia ciega
El sistema es similar en todas ellas, con variaciones en lo relativo a su simbología y señas de identidad; y su estructura es piramidal. Utilizan un lenguaje épico y se ven obligados a acatar unas normas muy rígidas. Venganza, obediencia ciega a los jefes, lucha por el territorio, fe ciega en los líderes, valor, defensa hasta la muerte de la «Nación» y fidelidad de por vida al grupo, sacrificio y venganza, conforman los códigos que se ven obligados a respetar.
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Discurso radical
El discurso es simple, pero radical. «Somos una «Nación» fuerte que se hace respetar, lucha por su territorio, y ayudamos a nuestros hermanitos latinos contra la opresión», así reza en la «Biblia» o manifiesto con sus principios. Tras el periodo de prueba y observación que tiene que seguir todo aspirante, llega el «bautismo de fuego». El rito puede consistir en la comisión de un pequeño delito -sirlas, sustracciones de móviles, cazadoras,... o robos con intimidación -; o en comprobar su aguante y resistencia física.
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Palizas propinadas por los cabecillas
Las más habituales son recibir una paliza propinada por cuatro o cinco cabecillas durante 15 o 30 minutos con correas o puños; ser golpeado por un veterano; apagar un cigarrillo en el antebrazo del aspirante; recibir una tanda de puñetazos en el estómago, dar vueltas por un campo de fútbol, o hacer alguna misión concreta.
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Respetar la «corona con la vida»
Al otro lado del océano, lo más habitual es que estas bandas sean criminales y en las «coronaciones» incluso tengan que matar; aquí no se ha llegado tan lejos, aunque ya ha habido decenas de víctimas mortales. Una vez aceptado, el nuevo miembro se compromete a no abandonar nunca. Los «LK» realizan un juramento. «Juro respetar mi corona sobre todas las cosas. Hacerla respetar con mi vida. Proteger a los hermanos. Respetar y obedecer a mis superiores. Ser fiel a la «Nación» pase lo que pase. Y acatar este juramento hasta la muerte». Entre sus funciones estála de captar adeptos y cumplir las normas. De lo contrario es castigado o lesionado.