Los diez pueblos menos poblados de Madrid
Hay localidades con apenas cien habitantes, a unas decenas de kilómetros de la gran urbe con más de tres millones
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1234567891011Muchos «davides» cerca del gran Goliat
La población total de la Comunidad de Madrid ronda los seis millones de personas. Pero no están repartidas, ni mucho menos, de forma equilibrada en la geografía de la región. De hecho, al gran núcleo de población que es la capital -con más de tres millones de personas- le siguen otras grandes poblaciones en su cinturón metropolitano, y algunas otras localidades de menor tamaño.
Pero también existen en Madrid, a apenas unas decenas de kilómetros de la capital, auténticos rincones donde encontrarse con un vecino es casi, casi, un milagro. Son esos pequeños pueblos de menos de 100 habitantes donde el tiempo parece haberse detenido y el ritmo de la vida dista mucho de parecerse al de la trepidante gran ciudad. El portal web Sierra Norte de Madrid, dedicado al turismo rural en la Comunidad, ofrece la lista completa de los pueblos con menos habitantes de la región.
Robledillo de la Jara
Hay 103 vecinos en Robledillo de la Jara. Este pueblo, situado a 1.042 metros de altitud, y situado a 81 kilómetros de Madrid, está en las estribaciones de los Cerros de la Mujer Muerta. Lo riega el Riato, afluente del Lozoya, y los arroyos Aborrero y de la Dehesa.
La base de la economía en la comarca son las ovejas. El ganado pasaba en su día por la Cañada Real de La Hiruela, tras cruzar el Lozoya por el puente medieval de El Villar, hoy desploblado.
El Atazar
El Atazar no alcanza los 100 habitantes. Es famoso por su presa. Está a una altura considerable, entre 1.389 y 1.439 metros. El río Lozoya le sirve de frontera natural con el vecino pueblo de Patones.
Monte bajo de espliego, romero y estepa es la vegetación más habitual, junto con algunos pinos de repoblación. En su origen, parece ser que el nombre del pueblo era «Latazar», y podría derivar de una fundación árabe. En su día existían en el término municipal unas torres vigías que integraban la red de atalayas de la Marca Media, la defensa del reino de Toledo.
No siempre ha sido tan pequeño: en el siglo XVII llegó a los 212 habitantes, su máximo histórico. El turismo rural ha ayudado al desarrollo del pueblo en los últimos años, así como las actividades de senderismo en la zona.
La Serna del Monte
Viven 94 personas en La Serna del Monte, situado a 81 kilómetros de Madrid capital. Situado sobre una llanura en la vertiente sur de la Sierra del Guadarrama, el 90 por ciento de sus tierras son pastos. Lo baña el arroyo de las Cárcavas, y es un cruce de antiguos caminos: la Cañada Real Segoviana, la Cañada de Merinas, el Cordel de las Pozas, la Vereda del Cementerio...
Durante la Edad Media, La Serna era part del municipio de Braojos, en tierras de los señores de Mendoza. A partir del siglo XVIII, consiguieron que una bula papal les concediera la emancipación eclesiástica respecto a Braojos. Y también su emancipación civil.
Puebla de la Sierra
A 105 kilómetros de Madrid, Puebla de la Sierra cuenta con 83 vecinos censados. Presenta un relieve muy accidentado, ya que limita al este y al oeste por sendas barreras montañosas: la Sierra de la Puebla.
Su topografía condicionó durante mucho tiempo su aislamiento: la nieve corta la carretera con frecuencia cuando llega el invierno. Grandes masas boscosas de pino de repoblación, y amplias zonas de robledales autóctonos, conforman el paisaje de esta zona.
La población se llamó Puebla de la Mujer Muerta hasta los años 40 del siglo XX en que cambió a su nombre actual por expreso deseo del gobernador civil de la provincia, Carlos Ruiz. El nombre original hacía referencia al de los Cerros a cuyo pie se asienta la villa y cuya silueta recuerda la de una mujer yacente, mientras que Puebla es un término de origen castellano frecuente en localidades de repoblación.
Probablemente su fundación -tal vez sobre un anterior asentamiento árabe- se debe a la política llevada a cabo en el siglo XII de fundar pueblos por motivos defensivos en la comarca de Buitrago. Esta aldea, a finales del siglo XIII, estaba en manos de un arcediano madrileño que la recibió de Sancho IV.
Recibió el títuilo de villa de Íñigo López de Mendoza, el Marqués de Santillana. En 1562 se levantó la Ermita de la Soledad, aún hoy en uso.
Horcajuelo
Ochenta son los habitantes de Horcajuelo de la Sierra. Antes se le llamaba El Orajuelo, y está en las estribaciones del macizo de Ayllón, de la sierra de Somosierra. No se tienen datos sobre la fundación, aunque probablemente tuvo lugar en la Edad Media.
Como todas las aldeas de la zona perteneció primero a la Comunidad de Villa y Tierra de Buitrago, y desde 1368 al Señorío de Buitrago, de la familia de los Mendoza (desde el siglo XV, Duques del Infantado).
Las primeras construcciones de la población se levantaron en el punto más agudo del cerro. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, Horcajuelo siguió perteneciendo al Señorío del Duque del Infantado y como tal pagando importantes rentas y gobernándose por las Ordenanzas Generales Comunes. La población pasó de 53 vecinos en el año 1554, a 33 en 1655 y a 25 en 1670.
En el siglo XIX, al finalizar el régimen señorial, se produjeron desamortizaciones y Horcajuelo pasó a ser, desde 1833, municipio independiente, integrado en el Partido Judicial de Torrelaguna. A fin de siglo, tenía 125 vecinos, un colegio y un médico. Hoy en día, el pueblo mantiene sus características tradicionales: sin urbanizaciones de segunda residencia. De hecho, en 1980 fue declarado Núcleo de Interés Rural, y las nuevas edificaciones han respetado las tipologías autóctonas.
Somosierra
La villa de Somosierra tiene en la actualidad 77 vecinos censados. Es un pueblo de alta montaña: abundantes pinos silvestres y algunos piornos, encinas, robles y enebros. Está documentado allí un asentamiento desde la época de la dominación árabe.
En 1083 fue reconquistada por el rey Alfonso VI y desde entonces y gracias a su posición estratégica fue considerada como zona de repoblación prioritaria. Hasta 1697 formaba un solo concejo junto con Robregordo, pero en dicho año pleitearon y decidieron dividir su término.
El 8 de enero de 1737 tuvo lugar un grave incendio que destruyó 25 casas y ocasionsó una importante reconstrucción y renovación del pueblo. El 30 de noviembre de 1808, Somosierra sirvió de escenario a una de las batallas clave para el Ejército napoleónico antes de su entrada en Madrid.
La Acebeda
Situado a 1.269 metros de altitud, y a 88 kilómetros de Madrid, La Acebeda tiene 67 habitantes. Posee un territorio cruzado de arroyos, que atraviesan el pueblo, y está atravesado por varias vías pecuarias.
El nombre deriva de la gran cantidad de acebos que se podían encontrar en el lugar, y de los que todavía quedan algunos ejemplares centenarios. El origen del pueblo está en la Reconquista, cuando los pastores que llevaban su ganado por las rutas de la trashumancia comenzaron a levantar casas al borde de la Cañada Real.
Ese caserío inicial se fue incrementando, y la población fue creciendo hasta alcanzar, en 1889, los 360 habitantes.
La Hiruela
Apenas 55 vecinos residen en La Hiruela, en el límite noroeste de la provincia de Madrid. Está en la cuenca del río Jarama, entre otros. Se ubica en la falda del alto de Bañaderos, rideado por los Picos de Morra de la Dehesa y Cabeza del Burrial.
La Hiruela perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Buitrago, siendo cabeza del Cuarto de las Cuatro Villas eximidas (con Puebla y El Atazar) y con todos ellos pasó a pertenecer a los Mendoza desde 1368, integrando el Señorio de Buitrago. En 1490 obtuvo el privilegio de Villazgo y su cañada obtuvo el rango de real, manifestando así su importancia ganadera.
En 1751 ya estaba consolidado el tejido urbano que se ha mantenido prácticamente sin variaciones hasta nuestros días: dos calles paralelas a distinta altura que descienden desde la entrada del pueblo por la carretera, que viene de Montejo y el Puerto de La Hiruela, hasta la plaza donde se asienta la Iglesia.
Actualmente, La Hiruela conserva un importante patrimonio etnológico y mantiene su tejido original sin actuaciones que lo degraden ni construcciones de segunda residencia fuera del casco urbano. Los edificios son marcadamente rústicos, de fábrica de laja de pizarra (piedra del terreno) y huecos con cercos de madera.
Robregordo
El término municipal de Robregordo se halla enclavado en la cordillera de Somosierra, al norte de la provincia de Madrid. Tiene 52 vecinos. El topónimo Robregordo deriva de la gran cantidad de robles, de considerable tamaño, que existían en el término.
Existe documentación que data este pueblo en la Reconquista. Una de las primeras construcciones fue una venta que daba servicio a los viajeros que atravesaban el Puerto de Somosierra. Su posición estratégica sobre el Camino Real, en el paso de una Castilla a la otra, hizo que varios reyes favorecieran el poblamiento de la zona, concediendo a los habitantes diversos privilegios como la exención de impuestos y el cobro a los transeúntes. Hasta 1697 la aldea de Robregordo constituyó un único concejo con la de Somosierra y con otra denominada el Coladillo, hoy desaparecida.
Hasta principios del siglo XIX experimentó un continuo crecimiento constructivo y demográfico.Pero luego, durante todo el siglo XIX, experimentó un descenso demográfico progresivo. La población se estabilizó en la primera mitad del siglo XX y desde 1950 comenzó la emigración acelerada imparable.
Madarcos
No llegan a 50 los habitantes de Madarcos, el pueblo menos habitado de la Comunidad de Madrid. Está en la zona septentrional de la provincia de Madrid, en las estribaciones de Somosierra y al pie de un cerro denominado Majada de la Peña. Es un territorio accidentado, de suaves pendientes.
Hasta el siglo XVIII no hay datos sobre su existencia. En el término, en un lugar conocido como La Nava -hoy despoblado-, se han descubierto restos arqueológicos de un asentamiento de época medieval.