Seis tradiciones navideñas que no hay que perderse en Madrid
Belenes, mercadillos y plegarias al Niño del Remedio. De madrugada, chocolate con churros en San Ginés
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123456Plaza Mayor: la magia del gran mercadillo
De todos los mercadillos navideños en Madrid, el de la Plaza Mayor es el más conocido. Y el que más gentío atrae. Pocos van solos, aunque también. Aquí se pueden comprar toda clase de adornos para el árbol de Navidad y para el Belén. Muchas familias, enteras, acuden cada año para adquirir una figurita, una sola, y así van aumetando y completando su Nacimiento particular.
Además, sus puestos son una delicia para llevarse cualquier complemento de fiesta (pelucas, caretas, gorros) o artículos de broma pensando en el 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes. Desmadre, ilusión, luces y frío ... son el santo y seña de este lugar mágico. Tan mágico como la misma Navidad.
Las súplicas al Niño del Remedio
Una capilla pequeña. Silencio. Recogimiento. El oratorio del Niño del Remedio es uno de los lugares más visitados en las fiestas navideñas. Y tradicional. La llegada del Año Nuevo invita a pedirle al Santo Niño los mejores deseos. Ese empleo que no llega, salud para toda la familia, el pleito que no acaba jamás, el examen que hay que aprobar, el amor que se quiere recuperar ...
El Niño del Remedio, en una talla de finales del siglo XVI muy venerada por los madrileños, tiene fama de milagrero.Situada en el número 6 de la estrechísima calle de Los Donados, la capilla es un constante ir y venir de fieles y turistas. Al Santo Niño se le festeja el 13 de enero, la fecha que antes del Concilio Vaticano II se fijaba como el Bautismo de Jesús. Sin embargo, el 13 de cada mes se baja talla del altar para ser venerado y besarle un pie.
La ruta de los Belenes
Rara es la iglesia o rincón de Madrid que no exhibe su belén. La ruta podría ser interminable. Sin embargo, hay tres que nadie se puede perder. El primero está en el Palacio Real. Es el Belén del Príncipe, uno los tesoros mejor guardados y menos conocidos de Palacio. Con figuras de trazo napolitano, se muestra una variedad de riqueza en sus vestiduras y en las ingeniosas coreografías.
Este «monumento» fue iniciado por Carlos III para su hijo Carlos IV. Dignas de admirar son las escenas donde está en Nacimiento de Jesús, el cortejo de los Reyes Magos, la posada, el mercado o la taberna. Atentos los que quieran ir porque hay grandes colas.
El segundo Nacimiento que no conviene perderse es el de la Comunidad de Madrid. Un gran belén de 150 metros de que se puede disfrutar en la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol. Ha sido elaborado de forma artesanala por la Asociación de Belenistas de Madrid.
El tercero está en Centro-Centro, del Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de la capital. Se trata del Belén Napolitano de la duquesa de Carmona. Precioso también. Para entrar a este hay que pagar dos euros.
Campanadas de Sol: proyección mundial
Hay turistas que se acercan a Madrid en Nochevieja sólo para sentir en sus propias carnes lo es despedir al año en la Puerta del Sol. Poco importa el frío y las aglomeraciones. Será un momento inolvidable e irrepetible. Porque sí, estas campanadas se ven en directo en todos los rincones de España (empezaron a retransmitirse por televisión en 1962, antes se daban por la radio), y parte del extranjero, pero la tradición manda: se celebran en el corazón de la ciudad, en el kilómetro cero de nuestro país.
Comerse las doce uvas, a su debido tiempo, es toda una liturgia. Magia, explosión, luces, buenos sentimientos y mucha alegría. Dar la bienvenida al año nuevo en Sol sólo ocurre en Madrid.
Esta tradición originaria de Madrid tiene diversas teoría. La más extendida es la siguiente: en 1909, los agricultores levantinos y andaluces (en especial, de Almería) tuvieron un gran excendente de uvas. ¿Qué hacer? ¿Tirarlas?... Decidieron que todo el mundo se comiera doce, coincidiendo con las campanadas, porque traerían suerte. Ahí seguimos cada año.
El Gordo se canta en Madrid
Puede irse a cualquier rincón de España pero El Gordo nace en Madrid... y en 77 ocasiones se ha quedado aquí. El Sorteo Extaordinario de Navidad también se ve, en directo, en toda España. El soniquete de los niños de San Ildefonso entra en todos los hogares desde primeras horas de la mañana.
Sin embargo, muchas personas _madrileñas y visitantes_ tienen a gala disfrutar de este sorteo de Loteria en el mismo lugar donde se sacan las bolitas de los dos bombos: el de los premios y el de los números. Es un espectáculo único. Lleva ya dos años que se celebra en el Teatro Real. El que quiere buen sitio, tiene que madrugar.
San Ginés: Chocolate y churros hasta la madrugada
Otro clásico de Madrid y de sus navidades: chocolate calentido y churros _o porras_ crujientes en San Ginés. La fama de esta chocolatería ha saltado ya muchas fronteras. Situada en la zona más castiza de la ciudad _entre la Puerta del Sol, la Plaza Mayor y cerca de la plaza de Isabel II_, nos la encontramos en el pasadizo de San Ginés. Lleva ahí desde 1894, aunque el local se construyó cuatro años antes como mesón y hospedería.
Este cafetín, que recuerda los locales de finales del siglo XIX, tiene algo especial: su horario. El todo Madrid sabe que en San Ginés se puede tomar el chocolate y los churros a altas horas de la madrugada. Desayunar antes de irse a dormir a casa. Una gozada de la que en pocos lugares se puede disfrutar.