Las cafeterías más emblemáticas de Madrid que forman parte de la Historia
Al calor del humeante café las tertulias, literarias y banales, saben mejor. ABC te presenta algunos de estos local que aún conservan ese aura de sabiduría, quietud y tradición
Al calor del humeante café las tertulias, literarias y banales, saben mejor. ABC te presenta algunos de estos local que aún conservan ese aura de sabiduría, quietud y tradición
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Café Gijón, un siglo albergando la cultura
La capital ha sido durante siglos escenario de encuentros literarios que se servían tan calientes como la moca. Al calor del humeante café las tertulias, literarias y banales, saben mejor. En algunos de estos lugares las tostadas todavía se huntan con versos alejandrinos. En otros, el carajillo agiliza las plumas más melancólicas. Hubo un tiempo incluso en el que las palabras brotaban atropelladas por el humo de los cigarros. Sea como fuere, casi todos los espacios que aquí describimos conservan ese aura especial que empapa al que entra con un manto de quietud. Son cafés donde quedaron congelados los vestigios de la Historia de la capital y de tu historia.
Un inmigrante asturiano en Cuba llegó a Madrid para fundar en mayo de 1888 uno de estos cafés emblemáticos. Canalejas, Ramón y Cajal, Baroja, Pérez-Galdós, Benavente, Valle-Inclán, Severo Ochoa, Gómez de la Serna, Marañón, entre otros intelectuales de la época, fueron sus primeros clientes asiduos, por no decir moradores. Precisamente, el hervidero de personalidades que desfilaron por sus mesas inspiró la obra «La Colmena», de Camilo José Cela.
–Dirección: Paseo de Recoletos, 21
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Café Varela, entre versos y acordes de los 50
Los «Versos a Media Noche» en el Café Varela de la mano del poeta Eduardo Alonso fueron la cita imprescindible de los sábados por la noche entre los madrilos de los años 50. También el Varela era un café musical. En palabras de Rafael Azcona: «El Varela era un café muy acogedor, muchos de sus habituales utilizaban sus servicios para afeitarse. Incluso había un cliente otorrinolaringólogo que pasaba allí consulta».
– Dirección: Calle Preciados, 37
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Café Espejo, impasible al paso del tiempo
Impasible al paso del tiempo, El Espejo permanece inalterable desde que abrió sus puertas en 1978. La decoración estilo Art-nouveau, que recrea el ambiente de principios de siglo, es una prueba de ello. Situado a pocos metros del Café Gijón, su terraza aderezada con los acordes sutiles del piano crean una magia singular en el Paseo de Recoletos, especialmente durante las templadas noches de la primavera madrileña.
– Dirección: Paseo de Recoletos, 31
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Café Barbieri, a los pies de la musa Erato
En la esquina de la calle del Ave María con la travesía de la Primavera, existe este entrañable café desde 1902. El Café Barbieri es otro lugar que no envejece. Todavía hoy podemos contemplar como fue hace más de cien años, con sus divanes y las mesas de mármol, las molduras del techo, sus columnas, espejos en las paredes y la musa Erato que parece presidir desde la altura todo lo que allí sucede.
– Dirección: Calle Ave María, 45
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Café Comercial, el más veterano
Es el más antiguo de la capital. Desde hace 134 años, políticos, intelectuales y artistas han discutido, pensado, conversado y decidido sobre el futuro del país entre las paredes del Café Comercial, que siempre ha sabido guardar la necesaria intimidad convirtiéndolo en lugar de confidencias. Secretos entre madrileños y visitantes anónimos que han venido aquí a hacer de sus sueños florecientes negocios, a transformar su tesón en libros o sus pensamientos en poesía.
– Dirección: Glorieta de Bilbao, 7
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Café Central, referencia del Jazz
Sin grifos en las cañerías pero con caudal inagotable de ilusión, el Café Central brinda al aficionado la posibilidad de escuchar jazz en directo pleno centro de Madrid. Sobre los cimientos de un pequeño comercio al por menor se asienta esta referencia del blues europeo.
– Dirección: Plaza del Ángel, 10
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Café Jardín, el rincón del romanticismo
El Café del Jardín del Museo del Romanticismo de Madrid es un rincón de paz. Un oasis donde las prisas no tienen cabida, donde lo importante no es lo urgente. Un espacio rodeado de naturaleza diecinuevechesca.
– Dirección: Calle San Mateo, 13
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Café Manuela, de carpintería a café-ludoteca
En este local del barrio de Malasaña donde un día los artesanos de la madera crearon magia, desde 1979 lo hieron los virtuosos de la literatura como Carmen Martín Gaite y Paco Umbral. Ahora, lo mismo se puede tomar un brownie como recrearse con una entrañable partida a los clásicos juegos de mesa.
– Dirección: Calle San Vicente Fererr, 29
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Café Oriente, entre el romanticismo y el neobarroco
Entre las calles Carmen y Preciados se encuentra esta cafetería a medico camino entre la estética del romanticismo y del neobarroco, aunque fuera levantada en el siglo XX. Sus paredes recuerdan al famoso gorrión que revoloteaba picoteando las migas de los clientes. Su mesa número 9 es la única que sabe qué desayunaba habitualmente al filósofo y alcalde madrileño Enrique Tierno Galván, así como sobre qué tema ponía el acento gráfico el gran dibujante humorista y colaborador de ABC Antonio Mingote.
– Dirección: Plaza de Oriente
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Real Café
El el maridaje entre gastronomía y fútbol quizá sea de los más acordes con los gustos de los españoles. Quizá por eso instalaron en el fondo norte el Real Café. Se erige sobre la portería donde las leyendas del balompié marcaron su historia y la del club blanco.
– Dirección: Avenida de Concha Espina, 1, Puerta 30