Un «oasis» en el aeropuerto de Barajas

Relajar el cuerpo de la cabeza a los pies antes de embarcar ya es posible en dos espacios al servicio de la salud del pasajero recién inaugurados en la T4 y en el edificio satélite de la T4S

Un «oasis» en el aeropuerto de Barajas ernesto agudo

vídeo: carolina mínguez / texto: marta r. domingo

Coger un vuelo, sobre todo, si es transoceánico, se puede convertir en un suplicio: prisas, estrés y apretones en el tren subterráneo que conecta las distintas terminales, la pesadilla de arrastrar la maleta por los kilométricos pasillos, las largas colas en los mostradores de facturación y en los controles de seguridad, los sudores fríos del viajero al tratar de cerrar el equipaje de cabina… Y, tras todos estos trámites, toca esperar entre una y dos horas para embarcar. Este es el pesado ritual al que se someten cada año los más de 40 millones de pasajeros que parten del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Por suerte, quienes tomen rumbo al extranjero –cerca de 30 millones, de acuerdo con los datos de Aena– ya cuentan con una alternativa relajante y saludable para que este lapso de tiempo también sea una experiencia casi tan irrepetible como el destino de su vuelo: la T4 acaba de inaugurar un oasis al servicio de la salud del pasajero. La empresa Sha Wellnes Clinic abrió el pasado jueves 9 de abril dos espacios, de 101 metros cuadrados –en el edificio Satélite T4S– y 60 metros cuadrados –en la T4– donde recibir terapias wellness adaptadas al tiempo del que dispongan los usuarios.

Todos los días del año, de siete de la mañana a diez de la noche, las manos de sus 25 terapeutas trabajan por recuperar la energía de los ajetreados viajeros. La variedad de tratamientos contra el estrés que brindan abarca desde masajes relajantes sensoriales, shiatsu y reiki, hasta consultas nutricionales, pasando por tratamientos faciales, de peluquería, manicura y pedicura. Además, los clientes pueden llevarse en el avión productos cosméticos naturales, zumos y tés con veinte veces más cantidad de calcio que un vaso de leche y otros sorprendentes beneficios, libros sobre vida sana y suplementos nutricionales de todo tipo.

Un largo mostrador repleto de fruta fresca y atractivos platos de pasta, arroz, cremas de verduras y quiches recibe al pasajero nada más llegar a la T4S. A muchos sorprende que detrás de esta barra haya varias personas dándose un masaje o haciéndose la manicura. Esta combinación de servicios en un solo espacio responde a la máxima del equipo que pilota Alejandro Bataller, vicepresidente de Sha Wellness Clinic: «Este es un lugar donde sacar la mejor versión de uno mismo». «Por un lado, toda la comida que servimos aquí es fresca y biológica. No tiene conservantes añadidos. Es comida rápida, pero saludable. Por otro lado, tenemos una selección de terapeutas altamente cualificados que adaptan los tratamientos al tiempo de espera o que disponga el cliente. Por más breve que sea ese tiempo nunca va en detrimento de la calidad», declara Bataller.

Precisamente, fue un problema digestivo lo que obligó a su padre a controlar su dieta y a comenzar una vida alejada de excesos y estrés. Con tiempo y esfuerzo, no solo solucionó su malestar, sino que logró reconvertirlo en un negocio exitoso. «Mi padre empezó con un centro en Alicante, frente a la Bahía de Altea, que tenía 70 empleados y un solo huésped. Hoy tenemos más de 250 profesionales de 35 nacionalidades», cuenta Bataller con orgullo. Barajas será su segundo centro en España. ¿Por qué en un aeropuerto? «Son mini ciudades. Instalarnos en en la T4 es una forma de democratizar nuestros servicios. Así llegamos a personas de todo tipo y de todo el mundo», añade este joven argentino, con raíces hispano-italianas, que se incorporó a la empresa familiar en 2007.

Minogue y Campbell, sus clientas

Desde entonces, una procesión incesante de celebridades internacionales han querido probar la eficacia de sus terapias naturales. Quizá hayan sido los doce premios internacionales que ha recibido el centro alicantino lo que haya atraído como un imán a personajes tan variados como la primera dama rusa Svetlana Medvédev, la jequesa de Qatar, Kylie Minogue, Naomi Campbell, Carine Rotfield, el gurú del lujo Francois Pinault o la Princesa Beatrice d’Orleans.

El proyecto de la T4 tiene claros antecedentes en los aeropuertos JFK de Nueva York, Roma Fiumicino, Schiphol de Amsterdam, Singapur Changi o el de Orlando. La idea lidiar la ansiedad de los viajes largos en avión a través de tratamientos wellness y Spá es una apuesta en auge. El Prat de Barcelona también quiere contar con un espacio como este. Y otros cuatro aeródromos europeos ya se han puesto en contacto con la firma que representa Bataller para que instale allí sus servicios. Está claro que un centro wellness a pie de pista como este puede lograr que más de un viajero vea con mejores ojos un retraso en su vuelo.

Un «oasis» en el aeropuerto de Barajas

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