DuMMie: «Somos un grupo a prueba de golpes»
La historia de Goiko Martínez y Alejandro Serrano es la de dos músicos numantinos, que llevan años resistiendo los embates de los elementos. Hoy en la sala Galileo presentan su álbum debut
La historia de Goiko Martínez y Alejandro Serrano es la de dos músicos numantinos, que llevan años resistiendo los embates de los elementos. Y lo que les queda. Uno estuvo en Mojo Project, que inspiró una exposición de revelador título: «Yo hice fracasar un grupo de éxito». El otro fundó una de las bandas más prometedoras de los últimos años en la escena madrileña, No Reply, que también acabó disolviéndose. Desde entonces, ambos han prestado sus servicios a artistas como Dani Martín, M-Clan, Marlango o Quique González, pero un buen día decidieron unir fuerzas en un nuevo proyecto que aúna elementos del jazz y el pop, sin ser ninguna de las dos cosas. Hoy la sala Galileo (Galileo, 100 a las 21:00, 9 euros) acoge la presentación de «Un jardinero en la Antártida», su álbum debut, grabado en directo en una playa de San Vicente Do Mar (Pontevedra), en sesión, «como se hacían antes los discos», y acompañados de un vídeo «para que las canciones se puedan tanto oír como ver».
– ¿Cómo se formó la banda?
– Este proyecto lo arrancamos Goiko Martínez y Alejandro Serrano. Veníamos de Mojo Project y No Reply, que eran dos bandas que se conocieron hace unos diez años. Teníamos ganas de hacer un proyecto juntos y montamos DuMMie con amigos músicos que conocíamos de la escena musical madrileña y con los que habíamos compartido otros proyectos. Queríamos hacer canciones que realmente nos representaran… así que el comienzo fue; un piano y una canción.
– ¿Qué hay de No Reply? ¿Terminó la aventura o es un stand-by?
– En mi caso (Alejandro), No Reply fue mi escuela para empezar en el mundo de la música y de la composición. DuMMie creo que representa, de una manera que en No Reply no conseguí, lo que realmente soy y las canciones que me apetece hacer y cantar. La aventura de No Reply nadie sabe si volverá a ver la luz.
– ¿En qué línea sonora se mueve la música de DuMMie? ¿Qué buscais con vuestros instrumentos?
– DuMMie no es Pop y no es Jazz. DuMMie no es un grupo de música más, no es un producto más. Es un proyecto de músicos profesionales de larga trayectoria que unimos nuestras fuerzas para demostrarnos que buena música, buenos arreglos, buenas composiciones y en español es posible. DuMMie es, ante todo: CANCIONES. Letras inteligentes en español, arropadas por arreglos musicales de tintes jazzeros.
– Por cierto, ¿por qué las MM mayúsculas en el nombre?
– Pura estética. Nos gustó como imagen de marca. El nombre de DuMMie hace referencia a los muñecos que se utilizan para probar la seguridad de los coches. Nos gustaba ese concepto relacionado con la figura del artista. A prueba de golpes.
– Las letras del disco suelen tener un tono cercano, costumbrista pero también gamberrete. ¿Son tal como salen? ¿Hay mucho trabajo detrás? ¿Qué situaciones suelen inspirar una primera línea?
– Queríamos contar historias con nuestra manera de hablar de todos los días, historias con las que la gente se pudiera identificar. Le hemos dado mucho peso e importancia a esto. Creo que no es muy habitual escuchar este tipo de estilo cantado en nuestro idioma. Son historias de gente cercana a la treintena, que viven intentando ganarse la vida haciendo lo que les gusta, que sufren, que ríen y que se van dando golpes con los obstáculos habituales que te pone la vida.
— ¿Cómo habéis afrontado la grabación, y sobre todo la edición del disco?
– Este proyecto es completamente autoproducido, «Un jardinero en la Antártida» es una metáfora que hace alusión a una situación real para el arte, los artistas y la cultura en general en nuestro país. A pesar de la escasez de apoyo y de la poca importancia que se le da en nuestra sociedad, la gente sigue llevando adelante sus propuestas artísticas como una necesidad vital. El disco en sí es una anécdota increíble. Montamos un estudio improvisado en la sala de conciertos del Naútico, en O’Grove, a pie de playa. Imáginate estar grabando en el paraíso durante una semana… La edición del disco la hicimos con un sello independiente de Jazz que se llama Youkali, ellos están sacando los discos de la escena del Jazz de esta ciudad.
– ¿Sentís que hay hueco para vosotros, o que por el contrario tenéis que ir abriendo paso con el machete?
– Sentimos que es muy difícil hacerse hueco musicalmente hablando en este país, donde las etiquetas mandan y el estilo de música de DuMMie es realmente particular. Por otro lado tenemos fe en que los proyectos de calidad salen adelante antes o después. Es cuestión de enganchar a la gente con las canciones, no vamos a vender humo ni fuegos artificiales. Se trata de música y canciones en estado puro.
– ¿Qué aportan vuestras experiencias paralelas tocando para otras bandas/solistas?
– Aportan fuerza económica para poder seguir haciendo nuestros discos. Aportan tablas y experiencias musicales y vitales. Aportan historias que contar y escenarios sobre los que te subes a hacer lo que te gusta. Seguimos siendo unos privilegiados por dedicarnos a tocar música, aunque no sea sólo con nuestro proyecto.
– ¿Cómo conseguisteis que se apuntara Quique González a la grabación del disco? ¿Qué os comenta él respecto a vuestro proyecto?
– Quique es amigo desde hace años, y un músico al que admiramos. Para nosotros ha sido un referente a la hora de escribir canciones en nuestro idioma. Ya colaboramos con él hace años en la gira de «Daiquiri Blues», pero esta vez hemos compartido canciones de tú a tú y ha sido precioso. Lo que opine él… tendrá que salir de su boca, no de la nuestra (risas).