El Cristo de Medinaceli, héroe de cómic
Una obra gráfica narra, por primera vez, los tres siglos de historia, leyenda y devoción del «Señor de Madrid»

Cada viernes, especialmente el primero de marzo, miles de feligreses aguardan a la intemperie durante horas a que se abran las puertas de la basílica del Cristo de Medinaceli , casi en la embocadura de la Plaza de Neptuno , para poder hacer sus plegarias al «Señor de Madrid». Poco importa el gélido invierno de Madrid o el calvario bochornoso del agosto en la capital si se siente esta gran devoción. Cuando los hermanos Damián y David Díaz-Cantelar, del estudio sevillano Buenavista , se toparon con esta estampa durante un viaje a Madrid decidieron que el sexto volumen de su colección de cómics «Viñetas Cofrades» se lo dedicaría al Cristo de Medinaceli. «Cuando vimos esas colas y la gran devoción de los madrileños supimos que esa talla escondía una historia especial », comenta Damián, el director del guión.
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Por primera vez, una obra de 24 páginas a color, rememora en un cómic la historia de leyenda de los más de tres siglos de existencia de la imagen. «Es la única talla de Jesús que evoca el momento de su Pasión cuando Pilatos lo presenta al pueblo . Se desconoce quién es su autor, aunque sabemos que pertenece a la escuela sevillana del taller del cordobés Juan de Mesa . Nos llamó mucho la atención que pese haber sido tallada en Sevilla, allí sea casi desconocida. Por eso quisimos hacernos eco de su fascinante historia», cuenta Damián, el director del guión.
«Para nosotros es la fusión perfecta entre dos pasiones: la Semana Santa y la ilustración»
La efigie, que mide 1,73 metros de altura, fue llevada por los frailes capuchinos a La Mamora (Marruecos), tomada por España en 1614, para que recibiera culto por parte de los soldados. En 1681 cayó la ciudad, y con ella la imagen, en manos del sultán Muley Ismail, que decidió enviarla a Mequinez como muestra de la victoria. Allí fue arrastrada por las calles para mofarse de los cristianos. Un monje trinitario, al ver lo que estaba sucediendo, ofreció al sultán darle el peso de la talla en oro para recuperarla. Cuando la pesaron, la figura se redujo de forma milagrosa y los trinitarios pudieron comprarla sin ahogo. Por fin, a mediados del año 1682, el Cristo recaló en Madrid. Desde entonces, la imagen se conoce también como Jesús del Rescate y, desde 1819, figura como protector de la Esclavitud .
En un momento donde el 90% de los cómics que se comercializan en España son de producción extranjera, esta iniciativa pionera les ha situado número uno en ventas en la categoría de «no ficción» con más de 12.000 ejemplares vendidos hasta la fecha . «No se había publicado nunca un cómic de temática religiosa y nos ha sorprendido la gran aceptación que ha tenido, incluso entre los sectores más tradicionales», admite.
Ahora incluso se plantean trasladar la historia del Cristo de Medinaceli. del papel a la animación. «Creemos que esta es una buena manera de hacer llegar una tradición tan bonita a todo tipo de públicos. Desde luego, para nosotros, es la fusión perfecta entre dos pasiones: el fervor de la Semana Santa y la ilustración».