Entrevista
Paco Roca, autor del cómic Arrugas: «Al terror se responde con libertad»
El dibujante expone su obra en la Fundación Telefónica con Charlie Hebdo en el recuerdo
A Paco Roca no le desagrada en absoluto que se le conozca como «el de «Arrugas»», una de las novelas gráficas de mayor éxito en la historia reciente del cómic español. Al contrario, este afable artista del lápiz y papel sabe que es una suerte haber podido trascender los límites de popularidad habituales en el mundo del cómic. Trasladada al mundo del cine de animación, «Arrugas» se ha convertido en el buque insignia de una extensa y variadísima obra que ahora se expone en la Fundación Telefónica , en una muestra titulada «Dibujante Ambulante» que trata de explicar todo el proceso creativo que hay detrás de la elaboración de una novela gráfica.
«La mía es una profesión muy solitaria, pero afortunadamente, mi obra va viajando por diferentes países y me obliga a mí a ir detrás de ella para promocionarla. El viaje se ha convertido en parte de mi trabajo, de ahí el título de la exposición», explica Roca. A través de paneles, bocetos, viñetas ampliadas y otros objetos de trabajo , el autor nos muestra todo el camino que hay que recorrer hasta terminar un cómic, un camino al que es bueno acercarse para comprender la importancia capital que ese trabajo «invisible» tiene en el resultado final.
Vivirlo para contarlo
Para crear «Arrugas», una novela inspirada en la soledad de la vejez y el mal de Alzheimer, Roca convivió con los médicos y pacientes de varias residencias de ancianos recogiendo experiencias y anécdotas que trasladó al cómic con un estilo que conquistó a miles de lectores , muchos de los cuales se sintieron profundamente conmovidos por la historia. «Cuando he conocido a gente que ha leído la novela, me ha sorprendido mucho el efecto que ha tenido en sus relaciones familiares. Muchos me decían que nada más terminarla, sentían la necesidad de llamar a sus padres o a sus abuelos para ver cómo se encontraban. No puede haber un premio mejor», asegura Roca.
Aunque a veces tiene que sumergirse de lleno en conflictos de diferente índole para relatar historias con conocimiento de causa, en principio, la de dibujante es una profesión de bajo riesgo. «Hasta hace unos días, las principales distribas de los novelistas gráficos tenían que ver con problemáticas de orden laboral. Pero ahora parece que tendremos que preocuparnos por nuestra seguridad si nos atrevemos a cuestionar determinadas cosas», se lamenta Roca.
El miedo a la autocensura
Y es que en su opinión, la matanza en la redacción de Charlie Hebdo puede haber supuesto un punto de inflexión que imponga una «autocensura» en los dibujantes. «La indefensión que sentimos todos los que somos susceptibles de ser criticados como blasfemos por el fundamentalismo puede tener un efecto devastador, y es que poco a poco nos impongamos una autocensura, por seguridad. Ahora uno puede hasta pensar que está cometiendo una irresponsabilidad, pero en ese sentido, el último número de Charlie Hebdo nos ha dado una lección a todos. Si te rindes, si rebajas tu discurso por miedo, le das la razón a los asesinos». Pero lo más grave, en su opinión, es que «»nuestra reacción vaya en la dirección de cercenar las libertades. Eso es lo que ellos querían que pasara, así que deberíamos hacer exactamente lo contario.».