La sorpresa nocturna de Grassy

La joyería ofrece a los ciudadanos unos grafitis «efímeros» que se podrán contemplar hasta el próximo 28 de febrero

La sorpresa nocturna de Grassy isabel permuy

patricia espinosa de los monteros

¿Qué hace una violetera, junto a una punki de los 80 o el propio Antonio López en plena Gran Vía? Lo podemos intuir, al caer la noche, cuando se encienden los leds navideños que atraviesan de acera a acera sobre los coches y caen los cierres de las tiendas, la hora en que se van los turistas y aparecen los noctámbulos. Entonces, la joyería madrileña Grassy (Gran vía, 1) nos tiene preparada una sorpresa que durará todas las Navidades, dedicada especialmente a todo el que pase por ahí o al curioso que se acerque.

A esa hora, podremos descubrir el trabajo que ha ejecutado durante más de una semana la grafitera Nuria Mora , en colaboración con la propia Patricia Reznak, directora creativa de Grassy, y que ha quedado plasmado en el vídeo de Diego Postigo que cuelga de la web de la joyería (www.grassy.es).

Amplia carrera

«La clave –nos cuenta Patricia- me la dio en septiembre Carmen Mazarrasa, joyera y amiga de esta casa, y como pista: un poco de street style para el christmas de Navidad de este año». Los christmas de Grassy, hay que decirlo, están siempre preparados con esmero por distintos artistas y constituyen la sorpresa con que la joyería obsequia a sus clientes todos los años. «La idea –continúa Patricia– era hacer una Pop Up (tarjeta con sorpresa) y ella me dio el nombre clave: Nuria Mora, una pintora con una gran actividad tanto en la calle como en instituciones –intervenciones en la Embajada de Londres en Tokio, en ARCO 2012, Instituto Cervantes de Pekín, exposiciones en la Fundación Miró de Barcelona, Tate Modern de Londres o galerías de Lima, Sao Paulo... y, ahora mismo, exponiendo en la galería Astarte de Madrid–». Nuria, está acostumbrada a este tipo de intervenciones en edificios, en muros, en puertas.

Una tarjeta de Navidad

«Nada es lo suficientemente grande para un grafitero», dice la artista, y nada le asusta, pero para ella la intervención en los cierres de Grassy es «caer de pie», «una suerte que ni yo misma me creo», afirma.

«En un principio le propusimos sólo hacer la tarjeta de Navidad con un formato “sin fin”, idea que a Nuria le encantó y poco a poco vimos cómo podíamos apoyarla con la acción de pintar los cierres metálicos dándoles formas caleidoscópicas y geométricas», señala Patricia. «Realmente queremos que sea un regalo efímero a los madrileños y visitantes, pues durará hasta el 28 de febrero y hay que darse cuenta de que cuando se pueda contemplar esta intervención, será siempre fuera del horario comercial. Esto, dice Reznak entre risas, «ha sido lo más difícil de explicar a mi padre que no lo terminaba de comprender».

Conexión artística

Nuria Mora pintó con su colección de sprays, su escalera y su mascarilla, sobre la chapa ondulada. Todo lo tiene en su cabeza, pero suele improvisar sobre la marcha. «Tengo una enorme suerte por el feeling que he tenido con Patricia y hemos ensamblado nuestras ideas al unísono. Yo venía con unas, ella tenía otras y ha surgido esto, un verdadero flechazo», dice. Geometría abstracta y color con los que Nuria Mora sugiere piedras facetadas, diamantes y cristales. Para la pintora, la imagen resultante no se pude defender nunca desde el punto de vista de un pintor; trasciende otras barreras mas allá de lo pictórico: «Interactúas con el tiempo, la policía, los vecinos, las distintas opiniones de todos los que miran y ésa es la parte que más me interesa en este tipo de disciplina. Se me queda corta la idea de street art. Es más correcto hablar de grafiti».

La sorpresa nocturna de Grassy

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