50 aniversario de los brincos:
«Ahora quien canta es el público»
El mítico grupo de los 60 celebra su medio siglo con dos conciertos en el Teatro de La Latina
![«Ahora quien canta es el público»](https://s3.abcstatics.com/Media/nacional/losbrincos-madrid--644x362.jpg)
Érase una vez un grupo que escribía canciones redondas como soles, y cuya historia puede contarse con nombres de clásicos del pop. «Mejor», «Lola, «Borracho», «Flamenco», «Un sorbito de champán», «Baila la pulga», «Nadie te quiere ya», y por supuesto «Renacerá», son parte fundamental y fundacional del libro de oro del pop-rock español.
Todos ellos y muchos más sonarán esta noche y mañana en los dos conciertos que Los Brincos dan en el Teatro La Latina (21.30 desde 14 euros) para celebrar su 50 aniversario. Es más, será toda una fiesta de homenaje a la década prodigiosa, pues también tocarán «A dos niñas», «La caza» y «Anduriña» de Juan y Junior (fundadores de Los Brincos), y el legendario «Cuéntame» de Fórmula V con su cantante Paco Pastor como invitado especial. «Hay muchas canciones que no tenemos ni que cantarlas, la gente se las sabe de pe a pa y le encanta tomar la iniciativa», cuenta Miguel Morales (Manila, 1950), líder de la actual formación y hermano pequeño de Junior.
La reunión de la banda
Fue él quien «resucitó» al grupo en 2000 con Fernando Arbex, grabando un nuevo disco («Eterna Juventud») y embarcándose en una gira que desbordó sus expectativas. «Empezamos tocando delante de 35.000 personas en la playa de Riazor. En el norte siempre nos han querido mucho», dice Morales, que entró en la banda en 1968, cuando preparaba su mítico e incomprendido «Mundo, Demonio y Carne».
Desgraciadamente, en 2003 Arbex murió por una enfermedad fulminante, pero Miguel decidió seguir adelante con Los Brincos mientras hubiese fans que todavía siguiesen emocionándose con sus melodías. «Nuestro homenaje a Junior (fallecido este año), Fernando, Manolo González y Juan Pardo (que nunca ha querido saber nada de reuniones) es sincero y riguroso, y el público lo siente igual que nosotros», dice el cantante y guitarrista, que debutó sobre los grandes escenarios con doce añitos haciendo coros a Los Pekenikes en las matinales del Price. «En lo musical, aquella época fue fascinante de vivir. Los artistas nos respetábamos y nos admirábamos unos a otros, y nos reíamos de las rivalidades que se inventaba la prensa».
Sin duda algo de especial tuvieron los sesenta para que medio siglo después, sus grandes éxitos sean capaces de removerle el estómago a cuatro generaciones de melómanos. «Eso es un honor», dice Morales, «pero en países anglosajones, a los grupos que fundaron su rock se les tiene un enorme respeto. Sería fantástico que aquí pasara igual».