Cipriani, el heredero del Harry’s Bar aterriza en la Milla de Oro
El símbolo italiano del lujo y del glamour desembarcará en diciembre en una sede de altura: un palacete del siglo XIX en pleno barrio de Salamanca
El legendario restaurante Cipriani -en su origen el Harry’s bar de Venecia-, símbolo italiano del lujo y del glamour aterriza en Madrid. Tendrá su sede en la Milla de Oro: en un palacete del siglo XIX situado en el número 12 de la calle de Jorge Juan.
Javier Hidalgo, hijo del presidente de Globalia, ha adquirido una licencia muy disputada en el sector que abrirá al público en diciembre, según sus cálculos. Este empresario se embarca en una nueva aventura, esta vez en la alta cocina con un local considerado imprescindible en el mapa culinario internacional.
Londres, Nueva York, Los Ángeles, Méjico, Miami, Moscú, Hong Kong, Dubai, Abu Dhabi, Estambul… son algunas de las grandes urbes que cuentan con uno de estos exclusivos locales, cuya marca se ha convertido en una prestigiosa franquicia.
En España existe uno desde 2012 en la isla de Ibiza, uno de los más visitados por las celebrities de toda índole que acuden a la isla. A este se sumará el de la capital de España.
Varias plantas y terrazas
El establecimiento tendrá una superficie total de 600 metros cuadrados repartidos en varias plantas y terrazas y no cerrará ni un solo día. Para el Cipriani madrileño, Hidalgo contará con un maitre y chefs experimentados y formados en alguno de sus «hermanos» mayores repartidos por el mundo. Este local pretende ser un atractivo más para los millones de turistas que nos visitan, además atraer a lo más granado de la sociedad.
La historia del Cipriani de Venecia es curiosa. Fue Guiseppe, el abuelo del actual responsable de la cadena, el que le dio nombre con su apellido allá por los años 30 al primer restaurante que abrió en esa ciudad. Entonces era un modesto barman que trabajaba en el Hotel Europa y que prestó sus escasos ahorros a un cliente americano. Este saldó su deuda sobradamente y con ello el italiano puso en marcha un modesto bar cerca de la plaza de San Marcos. Le llamó Harry’s Bar en su honor. Fue el embrión del imperio de los Cipriani que pervive 83 años después.
En sus mesas han comido Hemingway, Orson Welles, Truman Capote o Humphrey Bogart.
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