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El «mini Versalles» de Boadilla vuelve a su esplendor
El Palacio del Infante Don Luis, joya arquitectónica del siglo XVIII, abre sus puertas al público el próximo sábado
Si Ventura Rodríguez levantara la cabeza , estaría orgulloso de contemplar que una de sus mejores obras, el Palacio del Infante Don Luis , en Boadilla del Monte, tiene hoy el mismo esplendor que él le dio en el siglo XVIII. El Ayuntamiento ha concluido la primera fase de restauración interior. La capilla ha quedado soberbia, al igual que diversas salas que servirán de escenario para exposiciones, arte sacro, conciertos y otras actividades culturales . No se descartan bodas civiles . La joya arquitectónica del municipio abre sus portones el próximo sábado. No faltarán los fuegos artificiales.
Recorrer, como ha hecho un equipo de ABC, el interior de este palacio, catalogado como Bien de Interés Cultural , no deja lugar a dudas: la mansión palaciega del Infante Don Luis de Borbón ha recuperado su alma.
En marzo de este año se abrieron al público los jardines, un «mini Versalles» restaurado por la paisajista Lucía Serredi , que, además, es vecina de Boadilla. Ahora toca el interior. Las obras se iniciaron en 2013. El presupuesto licitado era de 5,5 millones de euros pero solo se han gastado unos tres. Ha sido cofinanciado con Fondos Feder , de la Unión Europea.
El palacio brilla como una moneda nueva . Y no solo por el pan de oro que lucen puertas y ventanales, que conservan, debidamente tratadas, sus maderas originales. Todo se ha hecho con respeto y un gusto exquisito . Que se haya apostado por tecnología punta en luces y sistemas de seguridad, por ejemplo, no distrae a nadie de la grandeza de las salas . Un detalle: parte del cristal de la capilla se ha traído de Italia; otra parte es opaca, simulando cristal antiguo. La capilla es una de las partes más impactantes. Ha quedado como la original, con su balconada interior (desde donde Don Luis y su familia presenciaban los actos religiosos) y con una bóveda que da fe del refinado trabajo de restauración llevado a cabo. En esta capilla pudo, incluso, haber estado colgado el Cristo de Velázquez . Hoy alberga la tumba de María Teresa de Borbón y Vallabriga, condesa de Chinchón, que fue hija del Infante Don Luis y esposa de Godoy.
Toda la restauración lleva el sello de José Ramón Duralde , que se encarga del edificio, la fachada y los muros. Impresiona también cómo ha quedado la sala de música, una de las que da acceso al jardín. Majestuosa.
La mayor parte del suelo es antiguo pero rehabilitado convenientemente. Hay escalones mellados y así los ha querido dejar el restaurador para dar la mayor sensación de autenticidad . De todas formas, el espacio que se abre este sábado es, aproximadamente, la mitad de la superficie del palacio: unos 1.600 metros cuadrados. El resto, hasta unos 3.000 más o menos, entrarán en una segunda fase de rehabilitación. «Me lo encontré destrozado», dice el alcalde de Boadilla, Antonio González Terol .
«Ahora es una satisfacción contemplarlo. Ganamos un edificio que llevaba aquí 200 años. Es el gran proyecto del equipo municipal », asegura el regidor de este municipio «que –recuerda– da superavit, tiene deuda cero y solo un 5% de paro». Por todo ello, «nos hemos podido permitir la alegría de restaurar patrimonio histórico, que es una responsabilidad de todos», añade el alcalde de Boadilla.
La Real Academia de Gastronomía ya le ha echado el ojo a este lugar para alguna de sus actividades y su biblioteca. En el Palacio del Infante Don Luis se podrán celebrar bodas civiles, tanto en sus jardines como en la sala de música y, para ello, se van a modificar las ordenanzas municipales. « En la capilla no habrá bodas. Esa estancia es una joya muy especial que hay que preservar, y respetar, al máximo». El alcalde González Terol lo tiene así de claro.
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