Matan a tiros al dueño de un concesionario acusado de homicidio

La Guardia Civil recogió seis casquillos en la puerta de su nave de Arroyomolinos. Investigan un ajuste de cuentas

Matan a tiros al dueño de un concesionario acusado de homicidio José ramón Ladra

m. j. álvarez

Un español de 64 años murió ayer asesinado a tiros en la puerta del negocio de compraventa de furgonetas que regentaba junto a sus hijos en el polígono de la Fuensanta de Arroyomolinos. Tenía dos antecedentes : uno por tentativa de homicidio en 2013 en Móstoles, al disparar a una mujer de un clan rival, y otro en 1985 que ya ha prescrito . La víctima era de etnia gitana.

El crimen se produjo poco antes de las 10.15 horas cuando uno de los dos individuos que viajaba a bordo de un Opel de color blanco abrió fuego contra él, según los primeros indicios. La víctima, Juan Fernández, se desplomó al ser alcanzado, al menos, por un disparo en el abdomen , según precisaron fuentes de la Guardia Civil y de Emergencias 112. Los ocupantes del coche, una vez logrado su objetivo, se dieron a la fuga, dejando al herido desangrándose en el suelo.

Los hechos ocurrieron en el nº 72 de la calle de Miguel Servet , en la entrada de Furgofer , la empresa que dirigía el asesinado, aunque figura a nombre de sus vástagos. En la nave no había nadie y fue un trabajador de la zona, quien, al escuchar «tres detonaciones», llamó al 112.

Media docena de casquillos

El Summa observó que tenía una herida de bala, con orificio de entrada y salida, que le había atravesado el estómago. El sexagenario, vecino de Batres, fue trasladado hasta el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, debatiéndose entre la vida y la muerte. En el aparcamiento del centro sanitario entró en parada cardiorrespiratoria, de la que los médicos consiguieron recuperarle. Sin embargo, poco después, ya ingresado, volvió a repetirle y falleció.

En el lugar de los hechos, agentes de la Policía Científica recuperaron cinco o seis casquillos de bala de una única arma: una pistola. En el suelo, detrás del cordón se veían cuatro marcas de tiza de las vainas halladas por los funcionarios, junto a otra que impactó sobre la matrícula de un Volkswagen Touareg. Será la autopsia la que determine cuántos impactos le alcanzaron.

Los testigos no se ponían de acuerdo sobre cómo sucedieron los hechos. «El que viajaba de copiloto bajó y comenzó a disparar a bocajarro », indicaban unos. Otros, por contra, aseguraban que las detonaciones se produjeron desde dentro del vehículo. « Escuché varios tiros, salí y vi un turismo blanco que iba a toda velocidad ocupado por personas de tez oscura. Casi atropellan a una chica», explicaba un joven. Algunos murmuraban que Furgofer, creada en 2009, era la tapadera de algún negocio ilícito. «Yo no he visto nada anormal, pero ellos son un poco especiales», aseveraban varios.

El abatido a tiros trató de matar hace dos años a una mujer de una familia enemistada con la suya , indicaron fuentes policiales. La Benemérita atribuye lo ocurrido a un ajuste de cuentas por causas que están siendo investigadas.

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