El refugiado sirio: «No perdono a la periodista húngara que me zancadilleó»
Osama Abdul Mohsen reclama justicia por este suceso y asegura que no puede perdonarla porque lo considera «inhumano»
Incredulidad. Es la palabra que mejor define el estado de Osama Abdul Mohsen , el refugiado sirio que finalmente despertaba ayer en su nuevo hogar ubicado en la calle de Madrid, número 115, en Getafe. El ya vecino de la localidad se levantó tarde, después de una maratoniana travesía que empezó el pasado martes en Múnich, para pasar por Paris, Barcelona y culminar en la capital.
Noticias relacionadas
Nada más levantarse, sobre el mediodía, recibía la visita de Miguel Ángel Galán, director del Centro Nacional de Formación de Entrenadores (Cenafe), quién venía de comparecer en rueda prensa, junto al Ayuntamiento de Getafe, para contar algunos detalles de lo que será su nueva vida .
«No perdono a la periodista. Pido justicia porque es inhumano lo que ha hecho»
Una multitud de periodistas aguardaba la salida para recoger las primeras impresiones del refugiado en su vivienda, quien pasadas las 13.30 horas aparecía acompañado de sus dos hijos, de Galán y del improvisado traductor Mohamed Labrouzi, con una amplia sonrisa que maquillaba su aparente cansancio. «Ha sido fantástica mi primera noche aquí. Estoy muy bien, muy feliz, he descansado mucho; me siento mucho mejor», decía en los instantes previos a dejar el gran titular: «No perdono a la periodista húngara. Pido justicia, nada más, porque es inhumano lo que ha hecho», sentenciaba Osama.
Pese a reconocer que aquella zancadilla le ha cambiado la vida y que sin ella seguramente no estaría aquí, hoy sigue sin comprender cómo pudo hacer que tropezara cuando portaba al pequeño Zaid en brazos, al tratar de perderse entre la marea de refugiados sirios. Sobre el resto de su familia, con la que mantiene una constante comunicación, dijo que todavía guarda la esperanza de que pisen Madrid la próxima semana. Asimismo, apuntó que residió dos días en tierras alemanas gracias al altruismo de un nadador profesional que les abrió las puertas de su casa y les brindó todas las facilidades para vivir allí. No se olvidó de agradecer el respaldo de toda la gente desde que pisó España y tampoco quiso olvidarse de su país, Siria, para el que pedía ayuda.
Tarjeta roja provisional
Tras esta nueva y fugaz comparecencia, subía con prontitud en un coche rumbo al restaurante árabe Sultán, en Parla, a las 13.40 horas, para degustar las exquisiteces propias de su tierra de origen. Varias horas más tarde, sobre las 16.30, regresaba a Getafe con la intención de conocer las instalaciones de Cenafe, en la calle de Tarragona, 6, y proseguir con su apretada como imprevista agenda. Durante el trayecto, Miguel confirmaba a ABC la llamada del ministro del Interior, Jorge Fernádez Díaz, ayer por la mañana, para reconocer la labor humana de la escuela deportiva al tiempo que le confirmaba la tramitación de la tarjeta roja provisional, documento que le permite trabajar y residir en España a un asilado, hasta que empiece a regularizar su situación. «En breve nos responderán positivamente para comenzar los trámites de Osama y de su familia», detallaba el director.
«El EI no es el Islam. Los sirios volverán cuando el EI y Al-Assad se marchen»
Una vez pisó las oficinas de la escuela deportiva, dedicó algo más de una hora a atender a los medios de comunicación que allí hacían guardia. Osama Abdul Mohsen no eludió responder a ABC cuando fue preguntado sobre el Estado Islámico: «El EI no es el Islam, no representa al Islam; el Islam es bueno», dijo tajante. «Sus integrantes están matando gente inocente igual que el dictador Bashar Al-Assad. El día que tanto el Estado Islámico como Al-Assad se marchen del país, el pueblo volverá a Siria», detalló el asilado.
Mientras el cabeza de familia atendía amablemente el incesante desfile de la prensa tanto nacional como extranjera, el pequeño Zaid esperaba inquieto y, como loco, hacía algunas filigranas con una pelota. Jugaba, inocente, e intercambiaba pases con Mohamed Labrouzi, en los aledaños de las oficinas. Vestía los colores de su equipo preferido: el Real Madrid, cargado de lusión al conocer la visita que tenían programada sobre las 19.00 horas al estadio Santiago Bernabéu para respirar el verde del coliseo blanco y conocer los múltiples trofeos en primera persona.
Labrouzi certificaba, mientras jugaba con Zaid, otro de los gestos agradables con el pequeño de siete años: «Le han otorgado una beca en la Escuela de fútbol de Getafe. Está como loco por empezar. Hoy, por fin, se calzará las botas».
Mourinho, su ídolo
«Mourinho es el mejor entrenador del mundo. Saca lo mejor de los futbolistas»
Osama se comporta igual de claro y directo cuando se le aborda sobre cuestiones deportivas. Para su referente en los banquillos, el entrenador del Chelsea José Mourinho, únicamente tiene palabras cariñosas: «Mou es el mejor del mundo», cuenta sin pensárselo dos veces. Y argumenta: «El portugués sabe exprimir y sacar el mejor rendimiento a cada jugador».
El refugiado sirio ha entrado por la puerta grande a España. Tras la expectación mundial que ha despertado, todos esperan grandes gestas en el mundo deportivo. Miguel Ángel Galán es uno de sus apoyos más sólidos y sostiene que la escuela ha formado anteriormente a entrenadores extranjeros. También, se muestra confiado en el papel destacado que ocupará el prometedor instructor en el futuro.
En Getafe volverá a respirar fútbol. A sus 51 años tendrá la oportunidad de revivir aquellas tardes de gloria al frente del equipo más importante de Siria, el Al Fotuwa S.C. Este conjunto cuenta con dos títulos y cinco subcampeonatos de la Liga, junto a otras cuatro Copas de Siria.
Pero, tras el estallido de la guerra civil, hizo las maletas y dejó atrás su vida en busca de seguridad para los suyos. «Quiero aprender el idioma para entrenar», cuenta. Su sueño resurge otra vez con fuerza.