Quejas por el calor y la «fatiga» en los nuevos encierros de «Sanse»
La afición lamenta el cambio horario;el toro presentó síntomas de agotamiento
Los encierros de San Sebastián de los Reyes, los segundos más importantes a nivel nacional por detrás de los de San Fermín, arrancaron ayer con una importante novedad: el cambio horario. Aunque a las 8 de la mañana el ajetreo ya inundaba «Sanse», las reses no salieron hasta las 11 horas esta vez.
La modificación disgustó a muchos vecinos de la localidad y ese malestar se hizo evidente entre los corredores. El primer encierro, que duró 1.53 minutos y congregó a 1.200 personas, dejó cuatro heridos leves: tres por caídas y uno por la pisada de un toro. Los tres primeros fueron rápidamente dados de alta, según informó Pedro Martínez, el responsable de Protección Civil; el otro herido fue llevado al hospital de campaña aunque también fue dado de alta poco después.
Afortunadamente, no hubo que lamentar daños, pero sí muchas quejas. Los vecinos salían de La Tercera , la plaza de toros del municipio, criticando el nuevo horario. Es el caso de Santi y Antonio, dos jóvenes de San Agustín y El Molar, que estaban descontentos con esta nueva organización: «La temperatura ha sido un fastidio, no es lo mismo a las ocho de la mañana que con este sol», dijo Antonio, que explicó que «el calor influye mucho en la fatiga de los toros».
No son los únicos a disgusto. Sergio Reyes, un corredor natural de «Sanse» y con años de encierros a su espalda, lanzaba la misma advertencia: «la gente estaba muy mosqueada, sobre todo por el tema de la luz. Teníamos miedo porque no sabíamos cómo iban a reaccionar las reses. Es cierto que se notan más espectadores pero también menos corredores... Para mí este cambio ha sido a peor, porque hay más luz y hace más calor», subrayó con pesar. Los aficionados en la plaza de toros coincidieron en el diagnóstico.
También parecían hacerlo los animales. En la suelta de las reses en La Tercera se vieron cabriolas imposibles y recortes atrevidos con la segunda y la tercera vaquillas, pero el toro presentaba algún síntoma de agotamiento. De hecho, acabó desplomado sobre el ruedo poco después de salir.
Menos corredores ebrios
Los motivos de este cambio de hora son diversos. Los responsables del festejo apuntan a que la modificación ayudaría a cambiar el perfil de los participantes en los encierros, «de forma que aumente el número de corredores expertos y disminuyan quienes se encuentran en estado de embriaguez tras haber pasado la noche en las fiestas», según informó la organización a Efe.
Pero desde las talanqueras rebatieron este supuesto. «El borracho que se quiera quedar al encierro lo va a hacer». El sargento de la Policía Nacional que hizo de interlocutor con los medios señaló a ABC que este año «únicamente han tenido que sacar a dos personas ebrias del recorrido». Además, algunos de los corredores lamentaron que con el cambio de hora no pueden compatibilizar sus trabajos con el encierro. Muchos vecinos han tenido que pedirse la mañana para poder asistir, algo que no ocurría a las 8 de la mañana. Además, apelaban a la tradición para defender su horario habitual.
Aunque no todo son desventajas. Lo cierto es que este año han podido verse múltiples familias disfrutando del espectáculo. Fernando Blanco, que viajó desde Barcelona, vino con su hija pequeña para que pudiese correr «los encierros chiqui» como hacía él cuando era pequeño.
Son muchos los corredores que llevan prácticamente toda la vida viniendo a los encierros, por eso, este cambio ha resultado tan desconcertante. Aunque ni la fatiga ni las caídas podrán con ellos mientras duren las fiestas. «Hay que besar el suelo» , bromeó Fernando con su hija en brazos.
Pedro María Rivera, el encargado del chupinazo desde hace años, hizo un guiño al cronómetro de la carrera, que cumplió con los tiempos habituales en «la Pamplona chica».«Es una locura, pero los toros no esperan».