Mata a cuchilladas y golpes a un vecino porque se quejó del ruido
La Policía detuvo poco después en San Blas al presunto asesino, de 19 años y sin antecedentes
Una discusión por el ruido, en plena madrugada y entre vecinos, acabó ayer con u n muerto en la calle Zubieta, 2 , en San Blas. Miguel V. P., de 57 años, falleció tras la presunta agresión de Aitor C. C., de 19, que le propinó una paliza y le atestó una puñalada en el abdomen después de ser recriminado porque estaba haciendo mucho ruido. El supuesto asesino, que vivía en la misma vía, fue detenido por la Policía poco tiempo después.
Los hechos ocurrieron pasadas las cuatro, cuando el joven, acompañado por un hombre y una mujer -de edades parejas-, comenzó a armar escándalo en la calle, junto a la vivienda de la víctima. Molesto, se asomó para reprobar su conducta, enzarzándose ambos en una disputa verbal. Subido el tono, Miguel V. P. bajó al portal y de las palabras pasaron a las manos. Según un testigo, forcejearon y Aitor C. C. sacó un cuchillo que, en la trifulca, le produjo un corte en la mano . Después, arrinconado su adversario contra la pared, descargó fuertes y continuos puñetazos en su cabeza hasta derribarlo. Ya en el suelo, hizo lo propio a base de patadas . Añade otra fuente que, fuera de sí el presunto asesino, la joven que lo acompañaba le dijo que lo dejara, pero este no cesó hasta pasados unos instantes .
Avisados por los vecinos, los cuatro agentes del Cuerpo local desplazados hasta el lugar intentaron reanimarlo sin éxito antes de la llegada del SAMUR, que posteriormente sólo pudo certificar su muerte. Según fuentes del servicio de Emergencias, contaba con una h erida de arma blanca en el abdomen, traumatismos craneoncefálicos y diversas roturas maxilofaciales, especialmente en la mandíbula.
Tras las descripción de los testigos presenciales, la Policía detuvo al presunto agresor y, posteriormente, el Grupo V de Homicidios se hizo cargo de la investigación. Si bien en un principio se barajó la posibilidad de que hubiera sido la propia víctima quien portaba el cuchillo, fuentes policiales confirmaron a ABC que no fue así.
«Un hombre tranquilo»
El barrio de Simancas, ubicado en el distrito de San Blas-Canillejas, cerca de la avenida de Arcentales, amaneció ayer entre la estupefacción y las condolencias. Miguel, según los vecinos consultados, era un hombre conocido por todos y, aseguran, «tranquilo y sin enemigos» . Las primeras informaciones, en las que se señalaba la dirección y las iniciales del muerto, auguraban para una conocida el trágico final. «No me lo creo, tenía contacto con él porque aunque ya no vivo aquí me recogía el correo; es imposible que hubiera empezado él la pelea, es una persona muy tranquila» , declaró.
El revuelo en el exterior del bar en el que se produjo el asesinato -estaba cerrado entonces- revelaba el impacto de la noticia en el barrio; no obstante algo acostumbrado a estos incidentes, aunque nunca se había llegado tan lejos. «Por desgracia, aunque no pasa todos los días, sí es normal que haya jaleo por la noche y que se formen peleas», indicó un joven que vive en el mismo edificio que la víctima.