La bolsa despide a los jubilados: «Es una desfachatez que se nos eche por viejos»
A partir del 11 de septiembre no podrán estar en el parqué por el aumento de eventos
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Ya hay fecha: el 1 de septiembre. Entonces, los cerca de 20 jubilados que acuden Palacio de la Bolsa de Madridno podrán estar ahí. Se les prohíbe la entrada. La entidad dice que es por «motivos de seguridad» y porque ya se celebran muchos eventos. Ellos no salen de su asombro.
«Rumores». Así describe la noticia de su expulsión Jesús (nombre ficticio), un habitual en el mercado de valores, que lleva acudiendo más de cuarenta años. Una mañana en la Bolsa de Madrid se empezó a cuchichear sobre un tema que no dejaría indiferente a ninguno de los famosos «abuelos» que acostumbran a vivir la jornada bursátil in situ. El rumor, y la fecha de primeros de septiembre, corrió como la pólvora en el parqué de la Bolsa.
Los jubilados no sabían cómo reaccionar ante tal noticia ya que, para empezar, no se lo habían comunicado oficialmente. «Ha ido de boca en boca», afirma Jesús. «Nadie de aquí se ha dignado a comunicarnos la noticia , ha sido gracias a las agencias de valores».
«Esto ha ido vaciándose poco a poco y sí que es cierto que desde mayo no nos renuevan la tarjeta y tenemos que entrar con la invitación de los corredores, pero de ahí a esto hay un trecho muy grande», añade.
Tras todas las sospechas de que su presencia ahí finalizaba, se ha confirmado que no podrán estar más cuando acabase el verano. Según indican varios de los afectados, cuatro de ellos pidieron reunirse con el defensor del cliente de la Bolsa y Mercados Españoles (BME) para exponerle sus quejas y pedir una explicación. Este les indicó que, efectivamente, no había posibilidad. La esperanza era mínima.
« Es una desfach atez que se nos quiera echar por viejos», se queja uno de los perjudicados que, aunque según fuentes de la Bolsa, el motivo de la expulsión es la incomodidad que supone estar echándoles cada vez que hay un evento, el jubilado no se lo cree. El aumento del número de actos que se celebran en el mercado de valores obliga a poner un cartel el día anterior indicando que, por cuestiones técnicas, no podrán acudir al día siguiente, o incluso a solicitar a los «abuelos» que abandonen la sala en el mismo momento.
Otras hipótesis apuntaban a que esta decisión ha sido tomada por cuestión de imagen, porque daba la impresión de que los que movían la Bolsa «éramos unos ancianos forrados, algo que dista mucho de la realidad». También se bajaraba que era por cuestión de seguridad. « ¿Seguridad para qué? Esto está lleno de seguridad desde los altercados que hubo en el 78», garantizaba otro jubilado.
Desde la Bolsa de Madrid aclaran que el quehacer de los «abuelos» ya no tiene nada que ver con épocas anteriores, con los corros que se formaban hace unos años. Esta decisión afectará a diez o veinte personas que vienen con invitaciones de los «brokers». «Se han convertido en una figura anacrónica porque, actualmente, está todo completamente informatizado», apuntan fuentes de la entidad.
Quince minutos antes
A los ancianos, pequeños ahorradores que conocen a la perfección el funcionamiento del mercado, les duele que no se incorpore gente nueva. Llegan incluso a asegurar que «el problema de las preferentes no hubiera ocurrido si hubieran sido 500 y no unos pocos como ahora, porque la información vuela». Sostienen que allí se enteran de todo lo relativo a la economía, «tanto es así que a ninguno de nosotros nos ha perjudicado ese tema». Están convencidos de que a las entidades bancarias «no les interesa que estén ahí».
« Yo no tengo ordenador, si lo tuviese no me movería de casa . Aquí es donde de verdad te percatas de lo que se cuece; además te enteras quince minutos antes de cualquier movimiento», relataba enfático un afectado.
Uno de los pequeños ahorradores admitía entre risas, aunque con cara de resignación, que ante la situación que se les plantea ahora, tendrá que buscarse otro «deporte». Atrás quedará la emoción de seguir la jornada bursátil en vivo y en directo.
Seguiremos viendo corrillos de abuelos en plazas, parques y calles, solos y acompañados, comiendo pipas y charlando sobre temas que irán desde sus años de gloria hasta cómo evoluciona la juventud de hoy en día. Pero algo dejará de ser una tradición en nuestro país: a partir del 1 de septiembre ya no veremos en la televisión, de fondo, a los «abuelos» de la Bolsa de Madrid.