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«En este cole se come muy bien»

Arranca el programa de comedores en 160 colegios de la región y para 5.500 niños con necesidades de alimentación

«En este cole se come muy bien» jaime garcía

maria isabel serrano

«Sara no puede comer huevo, melocotón, albaricoque y fresquillas». El nombre es ficticio; la advertencia, no. Así estaba escrito ayer sobre una de las mesitas del comedor del colegio «Vicente Aleixandre», de Alcorcón. Aquí llevan ya varios años con su programa de Colonias Escolares en el que integran a niños que si no comen en el colegio no pueden hacerlo como es debido porque su familia tiene dificultades para alimentarles. Otro verano más, este comedor escolar se abre de par en par para que ni un solo menor tenga problemas de manutención, ya sea en Navidad, Semana Santa o periodo estival. El Ayuntamiento de este municipio dispone de 110 plazas gratuitas para las familias que lo soliciten.

Ayer se dio el pistoletazo de salida oficial al programa de Comedores Escolares de la Comunidad de Madrid. Se beneficiarán, como ha informado este periódico, 5.500 chavales de la región que tendrán actividades lúdicas, ocio, enseñanzas y comida en 160 colegios públicos de la geografía madrileña, excepto la capital -que tiene su propio dispositivo- y diez municipios más: han declinado apuntarse al programa de Cristina Cifuentes .

El plan regional, que se extenderá hasta el 8 de septiembre (justo cuando empieza el curso escolar y los comedores escolares funcionan para todos los alumnos que lo solicitan), cuesta 4 millones de euros. Todas las Administraciones se han puesto la pilas para que ningún niño se quede sin comer porque el objetivo es erradicar, poco a poco, la malnutrición por problemas económicos de las familias. Así, se beneficiarán de esta iniciativa los menores cuya familia perciba la Renta Mínima de Inserción (RMI).

La Comunidad de Madrid ha estado poniendo a punto este programa en las últimas semanas, aunque ya estaba pensado de antes. El Ejecutivo autonómico ha entrado en contacto con todos los ayuntamientos de la región que cuentan con colegios abiertos en verano en los que se realizan actividades extraescolares. Así, los niños con necesidades de manutención se integran con otros menores en estos « campamentos de verano » para que jueguen, aprendan y se alimenten. El precio del «todo completo» suele ser simbólico pero para los que no tienen recursos ni para ello es gratis.

Y como otro de los objetivos fundamentales de estos programas es no estigmatizar a los chavales , ninguno sabe, ni se huele, qué compañero tiene problemas para alimentarse en su casa. Eso lo ha podido comprobar ayer un equipo de ABC que departió ocio y comida con los niños del «Vicente Aleixandre», de Alcorcón, un municipio por delante del Gobierno regional en lo que a comedores escolares en verano se refiere.

«¿Alguien piensa que vamos a dejar un solo día sin comer a los niños que lo necesitan porque no hay colegio?», se pregunta Susana Mozo, concejal de Educación y Servicios Sociales. «Ni soñarlo», responde. El «Vicente Aleixandre» es un ejemplo claro. Pepi Jiménez, psicóloga municipal, nos cuenta que esta quincena de julio que ha empezado, en este cole hay 90 niños de hasta 12 años en su veterana Colonia Escolar. Y que, de ellos, 9 no tienen recursos. Por ello, a los 81 que sí pueden pagar se les cobra 29 euros por el «pack» completo; a los que no pueden, se les subvenciona para que les salga gratis. Y nadie sabe quienes los unos ni los otros .

La batalla del agua

Cuando llegamos a este colegio, un grupo, muy animado, ocupa la sombra en el patio de recreo. Están sentados en círculo con Laura y Víctor, sus monitores de inglés. El idioma es fundamental en el programa de este centro educativo y se hace lo más divertido posible. A Roberto, Elena, Sergio y Nerea (seguimos con nombres ficticios) les gusta chapurrear en la lengua de Shakespeare pero, en honor a la verdad, están deseando que llegue el viernes -es decir, hoy- para librar su « batalla del agua ». Tienen que llevar su propia pistola de plástico y, el colegio, seguro, les dejará alguna manguera para que el remojón sea total. «En este cole se come muy bien », dicen al unísono.

En el comedor del colegio ya está todo listo. Bueno, casi. Están terminando de llegar las últimas cajas térmicas del catering. Hoy toca ensalada, jamoncitos de pollo en salsa y postre. Para los alérgicos, celíacos o con otro tipo de trastorno alimentario, también se ha prestado la atención correspondiente. Si a Sara no se le puede dar huevo, con Sergio hay que evitar el melocotón y las nueces. Nerea es alérgica al huevo y al cacahuete. Y para que no haya riesgo ninguno, la mesa que estos niños ocuparán en la comida tiene una etiqueta que lo advierte. Está escrito en letras muy visibles y bien pegadita al sitio donde se van a sentar para comer.

El catering lo sirve Alcesa , una marca madrileña con mucha tradición en los menús escolares de toda la región. Las comidas llegan al colegio totalmente precintadas, etiquetadas también y a la temperatura correspondiente. Así, a primera vista, la ensalada que nos enseñan tiene una pinta estupenda. Muy apetecible con estas temperaturas que soportamos desde hace tantos días seguidos. Eso nos lo confirma Roberto. El crío agradece las hortalizas. «¡Es que unas alubias, ahora, calientes, no las paso!», reconoce, cargado de razón, a sus 10 años.

Pasa de la una y media. Hora de almorzar. El comedor se va llenando de risas y griterío. Todos van a comer . Buen provecho.

«En este cole se come muy bien»

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