Aguirre niega indisciplina y dice que Rajoy no rechazó un congreso extraordinario
Frente a las elecciones generales, la todavía presidenta del PP advierte que no es suficiente con apelar al «voto del miedo», sino que hay que convencer con propuestas
La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre , ha negado ser una «indisciplinada» por su petición de que se convoque un congreso extraordinario del partido antes de las generales –lo que se rechazó en el caso de Baleares –, y ha revelado que Mariano Rajoy le dijo que «no hay nada decidido» sobre las fechas.
Según ha manifestado en Onda Cero, su petición de que el congreso se celebre cuanto antes se debe a que «no hay tiempo que perder» si el PP quiere ganar las elecciones generales. « Tenemos que volver a ilusionar a la gente , y no cambiar nada, como hasta ahora, no ilusionar a más gente», ha avisado.
Ha desvelado que la semana pasada habló con Rajoy –al que percibió «preocupado» por la situación política– para analizar los resultados electorales, y ha dicho de él que «en este momento» es el «mejor» candidato del partido para las elecciones generales. «Creo que es un buen candidato, sin duda» , ha dicho, antes de añadir que ante el «pacto de adhesión» que, bajo su punto de vista ha suscrito el PSOE con Podemos, «todos» los miembros del PP deben apoyar a Rajoy como candidato.
La líder de los populares madrileños ha admitido sus errores en la campaña y ha considerado que debe asumir responsabilidades por la bajada de votos del partido, y por ello ahora ha anunciado su decisión de no volver a presentarse al cargo de presidenta del partido en la región.
Un cargo, según ha desvelado, que quería dejar en septiembre de 2012, cuando anunció que dejaba la primera línea política, pero no lo hizo porque la dirección nacional del PP no quería que Ignacio González fuera el presidente del partido y quería a otra persona –de la que ha dicho no saber quién era–. «Me pareció que una bicefalia era peligrosa y por eso no me fui», ha explicado.
Ahora ha reconocido que «ha barajado» la posibilidad de dimitir, pero ha preferido seguir hasta el congreso para evitar que se establezca una gestora en el partido. «Mi dimisión es como si estuviera presentada», ha apuntado. De donde dice que no se irá es del Ayuntamiento, porque liderará la oposición los cuatro años de legislatura, y más a la vista de «lo que está ocurriendo» desde que gobierna Manuela Carmena, «algunas cosas muy graves».
No basta el «voto al miedo»
Frente a las elecciones generales, Aguirre ha advertido que no es suficiente con apelar al «voto del miedo» frente a la «amenaza secesionista y los populismos», sino que hay que convencer con propuestas e ilusionar. «El Gobierno de España tiene un problema de comunicación, pero es verdad que también tiene un problema de desafección causado por otras muchas razones que no son la comunicación», ha asegurado.
No ha querido aventurar opiniones sobre los cambios de Gobierno y en el PP que está preparando Mariano Rajoy, y preguntada por Alfonso Alonso –a quien las quinielas auguran un papel más relevante– ha respondido que le parecería «muy bien», porque «lleva mucho tiempo en política» y «tiene experiencia y cualidades».
Respecto a la dimisión de los consejeros en funciones Salvador Victoria y Lucía Figar, por su imputación en el caso Púnica, Aguirre ha dicho sentirse «verdaderamente dolida» por el caso de la segunda, y ha desvelado que quiso que formara parte de su candidatura al Ayuntamiento de Madrid. «Me dio muchísima pena que decidiera dejar la política, fue una pérdida inmensa». Con todo, ha lamentado la imputación de Figar y de Victoria por «un contrato de posicionamiento en internet que tienen Telefónica, el Real Madrid o la Casa Real».
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