sucesos
Así actúan las mafias de las bodas de conveniencia
Dos redes amañaron 250 matrimonios entre egipcios, dominicanos y gitanas para legalizar a «sin papeles». Llegaron a empadronar a 15 parejas en el mismo piso patera
Dos operaciones de la Brigada de Extranjería y Fronteras de Madrid han acabado con mafias que amañaron más de 250 bodas entre españoles e inmigrantes sin papeles, a cambio de sustanciosas cantidades de dinero, para dar cobertura legal a los segundos. Hay 77 personas detenidas.
La primera investigación, bautizada Faraón, arrancó en diciembre, después de que se comprobara un aumento de solicitudes de tarjetas de familiar de la Unión Europea en la Delegación del Gobierno por parte de ciudadanos egipcios casados con españolas gitanas. La Policía Nacional se puso en contacto con los juzgados de Paz de Ambite y San Agustín del Guadalix, y los puso al tanto de las sospechas: los matrimonios se estaban celebrando con expedientes falsificados y supuestamente tramitados en el Registro Civil de Madrid.
Los agentes tuvieron entonces conocimiento de más casos, sobre todo de dominicanos con personas de su mismo origen pero ya nacionalizadas españolas. El 25 de mayo, detuvieron en un hostal de Sevilla a Hicham Mounir, marroquí de 38 años y supuesto responsable de la trama. Habrían amañado 200 bodas en Ambite y 40 en San Agustín. En total, 63 arrestados.
La otra operación, también de la Brigada de Extranjería, se ha resuelto con la detención de 14 personas de distintas nacionalidades y que simulaban haberse constituido como pareja de hecho en el Ayuntamiento de Collado Villalba.
«Pisos patera»
El dispositivo arrancó a mediados de 2014. Los integrantes de esta segunda trama primero utilizaban «pisos patera» en la mencionada localidad serrana, para que las parejas de hecho consiguieran el certificado de empadronamiento necesario;una vez hechas las gestiones con el Consistorio y realizadas las actas de comprobación de domicilios, se comprobó que ninguna de las personas investigadas residía en ellos. Los agentes revisaron el padrón y observaron que en algunos pisos estaban censadas hasta quince parejas.
La mafia la dirigía una dominicana que se encargaba de captar a sus compatriotas que necesitaban los papeles; les proponía el negocio, a cambio de dinero, y luego buscaba a otro dominicano, pero nacionalizado español, para que se casaran.