Asamblea de Madrid

Rastas y «piercings» entre corbatas y urnas

El luto por Pedro Zerolo y la llegada de Podemos y Ciudadanos marcó ayer el comienzo de la X legislatura madrileña

Rastas y «piercings» entre corbatas y urnas EFE

adrián delgado/itziar reyero

No era un día feliz, pero era el día. La Asamblea de Madrid arrancó ayer su X legislatura ensombrecida por el luto ante el fallecimiento del diputado socialista Pedro Zerolo. Su escaño, el tercero de la primera fila de la oposición, se quedó vacío. Una rosa roja , símbolo de la familia socialista, cubrió una ausencia lamentada por todos los presentes. «Se ha muerto un amigo», dijo Cristina Cifuentes. El hemiciclo de Vallecas rindió un sentido tributo en memoria del activista.

Antes del inicio de la sesión, Ángel Gabilondo y el resto de diputados socialistas recibieron, uno a uno, el pésame de los compañeros de otros partidos. Todos en pie, ofrecieron un minuto de silencio que concluyó con un clamoroso aplauso que retraso el inicio de la sesión constituyente. «Pedro Zerolo se merecía este aplauso y este recuerdo. Trabajó hasta el final. Hasta el último día. Descanse en paz», señaló el presidente de la Mesa de Edad, Juan Van-Halen, del PP.

Paradigmaticamente, la Asamblea volvía así a cobrar vida tras el parón de varios meses, repleto de medios en sus pasillos y con muchas caras nuevas. 90 de 129 no habían sido parlamentarios en la anterior legislatura. Algunos tuvieron incluso problemas de acceso, al no ser reconocidos por los miembros de seguridad en la puerta. «Soy diputado», informó en la entrada un parlamentario electo con vestimenta informal. Otros compañeros de Podemos lucieron «piercings» y camisetas con lemas como «Yo no soy un esclavo» o «Juventud sin futuro», que se mezclaron entre las corbatas.

Las rastas del diputado de Podemos Miguel Ardanuy, de 24 años, estuvieron en el «orden del día», pero en el de los corrillos. El parlamentario, licenciado en Ciencias Políticas, junto a su compañero Eduardo Fernández, de 23 años, ayudaron a Van-Halen, a la llamada para ordenar las votaciones de los miembros de la nueva Mesa.

Una juventud «envidiable» para Van-Halen que se tradujo en nervios a la hora de leer el reglamento. Su jefe de filas, José Manuel López, retrató orgulloso con su teléfono a los dos «pupilos», que subieron a la Mesa con sus mochilas. Los «selfies» se repitieron entre los de Podemos. Más allá la vestimenta, la polémica la protagonizó la fórmula que emplearon para tomar posesión de su cargo. Los 27 parlamentarios de Podemos, incluida la secretaria de la Mesa Laura Díaz, utilizaron la fórmula de la promesa añadiendo la frase «hasta poner las instituciones al servicio de la gente». De fondo, estuvo la protesta de algunos diputados del PP. Uno de ellos, Álvaro Ballarín, entró solo al hemiciclo.

Otra de las anécdotas la dejó Esperanza Aguirre, quien reapareció tras una semana de silencio. Las cámaras abordaron a la candidata al Ayuntamiento, mientras Cifuentes, que jugaba en «casa», pasaba desapercibida. Aguirre compartió grada con otros invitados como su rival Begoña Villacís (Ciudadanos) o el presidente de la Cámara de Madrid, Arturo Fernández.

En las filas del Gobierno, la foto fue para Ignacio González. Pese a la difícil digestión del «saliente», hubo gestos de cordialidad entre ambos. Javier Hernández y Manuel Pérez, sustituyeron a los dimitidos Salvador Victoria y Lucía Figar en un fugaz paso por los escaños rojos del hemiciclo.

Rastas y «piercings» entre corbatas y urnas

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