La tienda solidaria de la futura alcaldesa de Madrid en Malasaña
Manuela Carmena compagina su candidatura a la Alcaldía con la gestión de un local de ropa de bebés elaborada por reclusas
Desde las elecciones municipales del domingo, la consideración generalizada sobre Manuela Carmena remite a un nuevo Madrid . Antes de su irrupción como líder de Ahora Madrid, a su etapa como juez. Entre ambas, por su ubicación en el tiempo y por evocar al ánimo de uno y otro caso, está Zapatelas Amelia, en el barrio de Malasaña; una tienda de ropa para bebés que, en pie desde hace dos años y medio, esconde una labor encaminada a la reinserción de reclusas, propósito incondicional de Carmena durante sus treinta años de carrera judicial.
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Los patucos, zapatitos, vestidos y pichis expuestos en el humilde local, de unos 50 metros cuadrados, son el reflejo del trabajo realizado por decenas de mujeres en las cárceles de Estremera, Alcalá Meco y Aranjuez. Amparo, la dependienta, recibe a ABC con una sonrisa sincera, de oreja a oreja, quizá por la alegría provocada por el resultado de la exjuez, con quien se cruzó por casualidad hace ahora tres años. Ella, como Caro, son las responsables de atender el local en turnos de mañana y tarde. El beneficio, que cubre los gastos, está enfocado exclusivamente a la ayuda de estas personas.
La inspiración y el propósito
Cuando viajaba en Metro, los caminos de ambas se encontraron en la estación de Goya . Amparo, a la que Carmena llama Lourdes por su nombre compuesto, portaba en brazos a su hija de tres meses. La futurible alcaldesa de Madrid, con una bolsa llena de zapatos de bebé -los traía del penal de Alcalá de Guadaira, en Sevilla-, le preguntó si podía probarle a la pequeña uno de ellos. Con destino compartido -Arturo Soria-, comenzó una conversación en torno a un proyecto de costura para ayudar a presas, para lo que necesitaba asesoramiento. Caprichoso el destino, la actual dependienta de Zapatelas es costurera profesional. «Todo está escrito», apunta la mujer, natural de Ecuador, que incide en la idea de la labor desinteresada de su jefa, considerada como amiga.
Este es el origen oficial de la marca, impulsada bajo la empresa Yayos Emprendedores S.L.; el oficioso se remonta a una herencia de telas recibida por Manuela Carmena de parte de su suegra. De aquel género sólo queda el nombre de la mujer, Amelia, que acompaña al de Zapatelas. Ahora, las telas son compradas antes de someterlas a tijera y máquina con la misma inspiración: las revistas de moda francesa de la juventud de Carmena. María José, socia de Manuela en el proyecto , se encarga de enseñar a coser a las reclusas, que en el caso de la cárcel de Estremera hacen elaboraciones más sencillas, pues no disponen de maquinarial.
Los juguetes que también se venden en el establecimiento, como muñecas y casitas, son obra de los hombres del módulo 3 de Aranjuez, en el tercer grado. Además, Zapatelas colabora con dos talleres más, el Alucinos-La Salle y el Jaiat, en Orcasitas, enmarcados dentro de la empresa Cosiendo el Paro.
Con Carmena pero sin ella
La presencia de la candidata de Ahora Madrid se hace difícil en las últimas fechas, a pesar del contacto «constante». Su previsible Alcaldía -siempre que alcance un acuerdo con Antonio Miguel Carmona (PSOE)- la aleja de una tienda que, en cualquier caso, seguirá en pie por expresa voluntad de su fundadora. «De la forma que sea, ella seguirá; porque es lo que hace interesarse y ayudar a los demás», indica Amparo.
Antes de su irrupción política, Carmena se ocupaba de la tienda los sábados por la mañana. El olor a magdalenas y café recibía a los clientes como obsequio de bienvenida. Los asistentes, en su mayoría amigos y vecinos del barrio , reconocen en Zapatelas una labor encomiable que atribuyen exclusivamente a la exjuez. «¡Da la enhorabuena a Manuela!», exclama una mujer que se asoma a la puerta a su paso por la misma.