Apuntes y coqueteos fuera del plató

Una foto de David Ortega ante el televisor, sin chaqueta, avanzaba en Twitter un apunte de naturalidad no vista hace una semana , cuando los seis candidatos a la Comunidad se enfrentaron en una suerte de interlocución enlatada, excesivamente medida y apenas sin réplicas.

En pantalla, Antonio Miguel Carmona y Esperanza Aguirre comenzaban con su debate, el primero de esta ronda inicial; el más intenso en las comparaciones. No había pasado ni media hora del primer contacto entre los aspirantes en el plató, todavía con las cámaras apagadas. Entre bambalinas, foto de familia incluida, se escuchó alguna broma –«si te lo sabes todo», le dijo Ortega a Carmona entre risas– aunque las distancias eran, en términos generales, más evidentes que el protocolo.

Aguirre, con apariencia casual, en vaqueros y con chaqueta blanca –quizá como analogía de la transparencia que quiso demostrar ante los ataques de sus rivales en materia de corrupción–, repasaba concentrada las notas de su cuaderno mientras su rival socialista, también pensativo, agotaba los minutos con pasos nerviosos en un radio mínimo.

Carmona sumó al aire recto de su traje y corbata –en su línea habitual– un tono desatado, sin reservas, más reconocible en su enfrentamiento con la todavía presidenta del PP regional. No tanto ante Raquel López, con la misma insignia –en apoyo a los trabajadores de Telemadrid – que Luis García Montero hace siete días. Su intercambio fue una nota de cordialidad , similar en otros, que en cualquier caso no fue la norma en los debates, con más ritmo y ánimo crítico entre protagonistas.