san blas

Unos butroneros pillados in fraganti: «Tranquilos. No nos vamos a rebotar»

La dueña, que vive encima del estanco, escuchó fuertes golpes de madrugada y avisó a la Policía. Los dos delincuentes estaban agazapados en un rincón del baño

M. J. Álvarez

De traca. Así fue el suceso protagonizado por dos delincuentes españoles que aprovecharon la existencia de un local cerrado junto a un estanco para robar en un estanco. Forzaron el bombín y realizaron un butrón en la pared de 30 centímetros de diámetro para colarse en el segundo establecimiento.

Se da la circunstancia de que la dueña del comercio, que regenta con la ayuda de su hijo, vive en el piso de arriba, y los fuertes e insistentes golpes la despertaron. Eran las 03.08 minutos de la madrugada. De inmediato, marcó el 091, ante las sospechas de que estuvieran perpetrando un robo, pues no era la primera vez que le ocurría. Precisó que el estruendo era como si estuvieran picando una pared.

Herramientas y guantes anti-huellas

Hasta el lugar, situado en la calle de Julia García Boutan (San Blas), se desplazó una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía. Tras comprobar que no había nadie en el exterior realizando labores de vigilancia, así como ningún vehículo sospechoso, observaron la puerta del primer comercio forzada y dentro, en la pared colidante al estanco, restos de ladrillos y cemento en el suelo, así como un destornillador, una llave grifa metálica, una linterna, una braga negra, una gorra y varias llaves.

Tras acceder al interior e inspeccionar el recinto localizaron en el baño a los dos delincuentes: estaban agazapados en un rincón. «Vale, vale, tranquilos. No vamos a ofrecer resistencia. Nos nos vamos a rebotar. Nos habéis pillado», indicaron los cacos, asumiendo la situación. Ambos fueron arrestados. Se trata de I. R. H., de 32 años y R. G. L., de 38, nacidos en Madrid. .

Hasta el lugar acudió el copropietario, quien, indicó que ya habían sufrido algún que otro butrón, e interpusieron la correspondiente denuncia en comisaría, al igual que el dueño del local aledaño.

En el lugar los agentes encontraron unos guantes que se llevaron para analizar en busca de vestigios. Pretendían, a buen seguro, no dejar ninguna huella. Los hechos ocurrieron el pasado 26 de abril.

Unos butroneros pillados in fraganti: «Tranquilos. No nos vamos a rebotar»

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