Aguirre levanta pasiones por San Isidro

Convertida en un vendaval de emociones, Esperanza Aguirre, candidata popular a la Alcaldía de Madrid, se ha dado un baño de multitudes en la pradera de San Isidro, adonde ha acudido vestida con traje de chulapa blanco y mantón azul corporativo del PP. Allí le ha pedido al Santo «unidad» entre los madrileños y «trabajo para todos».

La líder del PP madrileño, la gran ausente en la recepción oficial en el Palacio de Cibeles por la festividad del Patrón, ha levantado pasiones: desde el fervor de sus adeptos, que la besaban y le pedían retratarse con ella, a la ira de sus detractores, que le han abucheado con gritos de «ladrona», «sinvergüenza» y «populista». Entre empellones, un grupo de vecinos vestidos de chulapos la defendía elevando sus voces: «¡Esa, esa, esa. Esperanza, alcaldesa!».

Por momentos, Aguirre se ha arrancado con el chotis que coreaba su cohorte de admiradoras. «Es un tiiipo que tieeene ver-güen-za, puuundonor y lo que haaay que teneeer...», ha canturreado, a lo que un periodista le ha preguntado: «¿Se refiere a Miguel Carmona?», en alusión al candidato del PSM al Ayuntamiento. Ella ha sonreído, recordando que las encuestas le ofrecen «una victoria clara» el próximo domingo 24.

Al igual que el resto de sus rivales, Aguirre ha buscado en el camino de la Ermita del Santo el voto de los indecisos. «Por eso estoy aquí, para pedirles que voten al PP. Soy la única de los candidatos que no vengo disfrazada», ha afirmado, con sorna y haciendo caso omiso a los pitos e insultos. Es más, ha asegurado que hasta los «indignados» le reconocen que «pisa fuerte» y que sus votantes «han podido comprobar» que ha cumplido «todos los compromisos» que les hizo mientras gobernó la Comunidad.

Preguntada por su ausencia en la recepción de la alcaldesa Ana Botella en Cibeles, ha replicado que «nunca» antes ha ido a ese acto, pero «siempre a misa», oficiada este año por el arzobispo Carlos Ossoro en la colegiata de San Isidro. Una de los muchos que le han pedido retratarse con ella durante su periplo por la pradera ha sido una mujer de origen dominicano: «Oro por usted y por Rajoy todos los días. Solamente usted y Dios puede arreglar esto». Justo después, ha bebido «a morro» de una botella con el agua de la fuente del Sant, ofrecida por el presidente de la Sacramental de San Isidro, Manuel Guillón.