El legado del Nobel más madrileño

Vargas Llosa, tras recibir la Medalla de Oro de la Comunidad: «No me iré de aquí sin pasar por Las Ventas. Es arte, cultura e historia»

El legado del Nobel más madrileño

M. I. SERRANO/ I. REYERO

Lo dice él mismo: «Soy, y me siento madrileño, desde hace muchos años». Mario Vargas Llosa mostraba, sin tapujos, esta sensación de orgullo a ABC. Y lo hacía tras recibir la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid, uno de los actos centrales, ayer, de la festividad del Dos de Mayo.

El escritor, Nobel de Literatura, Premio Cervantes y galardonado también con el Príncipe de Asturias, agradecía ese «oro tan especial». «Es entrañable un reconocimiento tan madrileño. Muy reconfortante. Y a mí, que me siento tan de aquí como peruano porque lo bonito, y lo importante, es que compartimos lengua, historia y democracia».

Vargas Llosa, que provocó una larga cola de admiradores con intención de estrecharle la mano, confesaba «lo mucho que me gusta Madrid, lo a gusto que me siento en esta ciudad y lo que disfruto conociendo cada día más su historia y sus historias». Justo en el momento de la despedida –nos empezaban a mirar mal los que querían felicitarle–, este Nobel tan de Madrid reconocía que no se quedará sin ver los toros en Las Ventas. «Soy gran aficionado. No sé a cuántas corridas iré; ni a cuáles. Pero le aseguro que a más de una. Es arte, cultura... una maravilla».

La otra Medalla de Oro fue para el Teatro Real «por su destacada labor en favor de la cultura».

Las grandes cruces de la Orden del Dos de Mayo recayeron, entre otros, en Jaime Lissavetzky, el socialista curtido en batallas que abandona la primera línea de la política; Felipe Reyes, jugador del Real Madrid de baloncesto; el patinador madrileño y campeón del mundo, Javier Fernández; el actor actor Antonio Resines, que ahora preside la Academia de Cine y que, ayer, fue uno de los más aplaudidos. También para el presidente de Telefónica, César Alierta, el modisto Lorenzo Caprile, el torero Julio Aparicio, la bailarina Aída Gómez y el fundador de la Universidad Alfonso X El Sabio, Jesús Nuñez Velázquez.

La plata de este Dos de Mayo ha llegado hasta las cumbres madrileñas y su Parque Nacional de Guadarrama, santo y seña de la región. También hasta la asociación de mujeres gitanas «Alboreá» y a las religiosas de la Asunción, que llevan 150 años dedicados a la enseñanza en España.

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