Urbanismo

Una cláusula pone como ultimátum que la operación Chamartín se apruebe antes de 2016

Adif y Distrito Castellana Norte han fijado una última prórroga. Si la tramitación no sale antes de la fecha, el BBVA abandonaría esta gran inversión en Madrid

Una cláusula pone como ultimátum que la operación Chamartín se apruebe antes de 2016 ABC

TATIANA G. RIVAS

La Operación Chamartín está en riesgo de muerte. A la mayor renovación urbana de Madrid en las últimas dos décadas le queda algo más de un año para que sus promotores, BBVA, mayoritariamente, y la constructora Grupo San José, le dediquen más tiempo. Si antes de que termine 2016 las autoridades madrileñas no sacan adelante el Plan Parcial de Reforma Interior (PPRI) del área prolongación de la Castellana, harán las maletas y se irán para siempre. Así se decidió en la nueva modificación del contrato privado de compraventa entre Renfe, Adif y Desarrollo Castellana Norte —antes Duch (Desarrollos Urbanísticos de Chamartín), integrada por BBVA y San José— el verano de 2014, cuando se renegociaron los términos contractuales.

Según ha podido saber ABC , existe una cláusula temporal que pone fin a este proyecto que lleva 20 años intentando prosperar; una cláusula que llega cuando expiró el anterior contrato de cinco años firmado en 2009. «Ya no habrá más prórrogas», aseguran fuentes de toda solvencia, «después de tantos palos en las ruedas».

El proyecto ha recibido 1.800 alegaciones, que se tienen que estudiar una a una

BBVA obtuvo por concurso público los terrenos de Adif en los 90 y, con los diferentes obstáculos que se ha ido encontrando —los parones políticos y judiciales—, acordó que abonaría el pago de los 1.000 millones de euros por los terrenos cuando la ejecución del proyecto obtuviera la luz verde. Actualmente ha terminado la fase de información pública del plan. El proyecto ha recibido 1.800 alegaciones, que se tienen que estudiar una a una antes de que pase por la comisión de Urbanismo y el pleno del Ayuntamiento.

Todos quieren la medalla

La ampliación de la Castellana es la joya de la corona. Es la medalla que espera colocarse cualquier político al frente de la Administración local. Quizá por eso, ninguno de los grupos de la oposición han apoyado a la alcaldesa, Ana Botella, para celebrar un pleno extraordinario donde sacar adelante el plan parcial por la vía urgente antes de las elecciones municipales del 24-M.

El PP, aun con la mayoría suficiente para aprobarlo en solitario, esperaba contar con el consenso de la oposición, al menos del grupo socialista, dada la envergadura de este desarrollo. Desde el PSOE pidieron más debate, anulando esta posibilidad de última hora. Cabe recordar que en el pleno municipal de febrero de 2011, con Alberto Ruiz-Gallardón como regidor, se aprobó el plan parcial de la Operación Chamartín con los votos a favor del PP y el PSOE. El portavoz socialista de entonces, David Lucas, alababa este proyecto diciendo que haría que la ciudad fuera «mucho mas competitiva» y generaría «más riqueza y empleo». IU no se ha mostrado a favor de este proyecto, a menos de que se articule a través de concurso público. Preocupa a las partes qué pasará con la Operación Chamartín si en Madrid gobierna la izquierda.

La última oportunidad

Desarrollo Castellana Norte ha dado muchas oportunidades y años a la capital para ejecutar este plan. Incluso ha tenido que rehacerse después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) lo anulara en parte en junio de 2013. Los rascacielos, entre otras cuestiones, llevaron a los jueces a considerar que contravenía el artículo 39.8 de la Ley del Suelo de la Comunidad de 2007, que no permitía edificar con altura superior a tres plantas más ático, salvo edificios singulares con circunstancias especiales.

Hace unas semanas, el Tribunal Supremo , ante un recurso presentado por el Ayuntamiento, revocaba la sentencia del TSJM por falta de motivación. Los rascacielos siguen planeados en la zona, afirmaron desde Distrito Castellana Norte, ajustándose a la ley. En la última comisión de Urbanismo del mandato, de la pasada semana, se dio un nuevo dato de la operación. Durante los 20 años que duraría su ejecución por fases (de 2016 a 2036), generaría un saldo positivo a las arcas municipales de 253,6 millones de euros.

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