Curiosidades de Madrid
La calle del León, el mentidero de los actores en el que vivió Miguel de Cervantes
En pleno barrio de Las Letras, sirvió de espacio para la contratación de artistas y compañías teatrales en el Siglo de Oro. Aquí tienes la leyenda que da nombre a este rincón de Madrid
![La calle del León, el mentidero de los actores en el que vivió Miguel de Cervantes](https://s1.abcstatics.com/Media/201504/26/calle-leon-mentidero-cervantes--644x362.jpg)
La calle del León mantiene vivo, a día de hoy, el encanto del barrio de Las Letras. Sus estrechas aceras esconden buena parte de la historia de Madrid y de sus personajes más ilustres. Entre ellos, Miguel de Cervantes. El genial escritor tuvo su casa en esta calle, esquina a la de Francos –la que hoy lleva su nombre–. Una placa recuerda en ese esquinazo que la vía fue lugar de reunión de lo más granado de los artistas, actores y representantes teatrales del Madrid del Siglo de Oro: el Mentidero de los Representantes. También fue el lugar donde nació en 1866 el dramaturgo y Premio Nobel de Literatura Jacinto Benavente. En el número 21 se encuentra la Real Academia de la Historia.
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Con solo asomarse a la ventana, el autor del Quijote podía escuchar los corrillos formados por artistas y personajes de la farándula que se reunían allí. En este lugar, frecuentado por la mayoría de los autores se aireaban los escándalos amorosos de Lope de Vega , los fracasos teatrales del propio Cervantes, las burlas y los elogios a sus últimas obras. Noticias y chismes de la vida madrileña y leyendas que servían luego de tema a las comedias que se estrenaban en los cercanos corrales.
La leyenda del indio y el león
Precisamente, una leyenda es la que da nombre a esta calle. Según relata María Isabel Gea en su «Diccionario enciclopédico de Madrid» un indio –en otras versiones un turco– se instaló en dicha zona en compañía de un león encadenado y enjaulado. La noticia de la llegada de tan fiero animal a Madrid corrió como la pólvora y el extranjero vió un claro negocio. La «entrada» para poder acercarse a ver al león era de dos maravedis. La anécdota rotuló los azulejos de esta calle e impidió que llevara el nombre del Mentidero de los Representantes.