Un fortín policial en El Retiro

A raíz del reportaje de ABC, los agentes de paisano de la Policía Municipal han vuelto al parque e incluso, ayer, por primera vez, los antidisturbios

Un fortín policial en El Retiro maya balanya

M. J. ÁLVAREZ / I. S. CALLEJA

No faltaba casi nadie. Agentes de la Unidad de Caballería, motorizados, en coches patrulla, a pie... hasta los funcionarios de paisano que hacía años que no pisaban la zona, y, por primera vez, los de las Unidades Centrales de Seguridad (UCS), los antidisturbios de la Policía Municipal. Ese fue el despliegue que este Cuerpo realizó etse viernes en el parque del Retiro , para asombro de todo aquel que transitaba la zona.

Y todo ello, a raíz de la información publicada por ABC el pasado 7 de abril en la que daba cuenta del abanico de delitos y faltas que se cometen en una de las zonas más frecuentadas por autóctonos y foráneos.

El objetivo de ese dispositivo especial –que se une al habitual realizado por la Policía Nacional–, y se repetirá los fines de semana por la tarde, no es otro que el de controlar la venta ambulante y el tráfico de droga, actividades que lideran, en su inmensa mayoría, inmigrantes subsaharianos. Unos negocios que les producen sustanciosos beneficios, especialmente, con la llegada del buen tiempo, época en la que el parque se llena de público. A ello se unen otros delitos y faltas, como los robos al descuido de españoles y de ciudadanos del este, así como la venta de bebidas alcohólicas y productos de artesanía, respectivamente, a cargo de paquistaníes e indios y españoles, respectivamente.

El aterrizaje presencial de las UCS obedece a una orden de servicio que se comunicó al personal del Cuerpo de la Policía Municipal hace una semana, si bien fue este viernes cuando se materializó, según pudo saber este diario. Fue un subgrupo, integrado por ocho agentes, quienes en un furgón dieron vueltas por el parque partiendo de la plaza de la Independencia. A ellos se unieron los agentes de los puntos fijos (a pie), que se sitúan cada fin de semana en la zona del lago y del paseo de México.

Este despliegue se mantendrá una temporada. Quienes ya se estrenaron hace una semana fueron las dos parejas de agentes municipales de paisano que desde 2011 dejaron de pisar este espacio por falta de personal. Ello se tradujo en un descenso de las detenciones que pasaron de las 150 de media al año hasta esa fecha a la treintena de 2014. Y es que solo esos funcionarios efectuaban una media de cien arrestos anuales por tráfico de droga, indicaron fuentes sindicales

Su labor es esencial para sorprender in fraganti a alguno de los treinta camellos de origen nigeriano, ya que cuando estos ven a algún agente uniformado se marchan. Lo mismo sucede con los robos al descuido de españoles o los que comenten jóvenes rumanas y búlgaras a turistas con el sistema del mapa desplegado. Además, de viernes a domingo, entre 50 y 80 manteros procedentes de Senegal, despliegan sus productos en el paseo del estanque, según las fuentes policiales consultadas. A diario lo hacen en la entrada principal de la plaza de la Independencia, punto por el que acceden los turistas.

«Medida muy necesaria»

Sin excepciones, el recibimiento de la medida ha sido positivo entre los cientos de personas que ayer pasaban la tarde en el Retiro y que, ante la llegada del buen tiempo, repetirán en los próximos meses. «He visto Policía a caballo y un coche patrulla que ha pasado al menos cuatro veces; me parece estupendo», declara Tere Herrera.

Su parecer coincide con el resto de testimonios consultados, así como con la urgencia generalizada de tomar parte en el asunto, pues las actividades delictivas, dicen, eran algo «conocido por todos» los que acuden habitualmente al parque. «Me parecía muy sorprendente que todos supiéramos dónde se vendía droga y que no se hiciera nada», apunta una paseante que prefiere no revelar su identidad. Como ella, Belén, que acude semanalmente a correr, advierte que es algo repetido durante mucho tiempo, y que dicha solución era «muy necesaria». En ese sentido, el refuerzo de la seguridad adquiere una nueva dimensión tratándose de los menores y de la imagen proyectada hacia los visitantes.

La influencia en el turismo, que ubica el Retiro como uno de los principales atractivos de la capital, es primordial, pero ha de tenerse cuidado para que no provoque el efecto contrario. Natalia, visitante canaria, sostiene que es «muy positivo», pero si al llegar se encuentra un despliegue excesivo «le daría algo de miedo».

Iria y Francisco, acompañados por tres pequeños, narran como antes de Semana Santa tuvieron que marcharse porque estaban haciendo «botellón». «La verdad es que nos da tranquilidad que haya más vigilancia».

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