Desencuentro de candidatos en el PSM

Los dos son de frente despejada, verbo fácil, pensamiento trenzado y ningún miedo a las alturas de la tarima;por algo llevan media vida dando clases en la Universidad. El uno, Antonio Miguel Carmona, madrileño de Malasaña, es profesor de Economía en la San Pablo CEU. El otro, Ángel Gabilondo, donostiarra, es catedrático de Filosofía en la Autónoma de la que fue Rector. Pero no sólo en materia curricular son antagónicos sus perfiles. Carmona y Gabilondo son el sol y la sombra ante el foco mediático de una campaña electoral concebida para marcar distancias entre los dos candidatos.

Por más que en público se presenten como la doble cara de la misma moneda socialista, en privado no ocultan sus diferencias y asumen que son un tándem difícil de equilibrar para los coordinadores y estrategas del PSM, que se las ven y las desean para acomodar a sus dos estiletes electorales.

«Tenemos estilos distintos en nuestra forma de ser, personal, pero compartimos un proyecto político y social común», reconoce el flamante «fichaje» independiente a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo. El exministro de Educación, de aire serio pero impecable, exhibe austeridad de estilo, sin aditivos ni «pirotecnias» electoralistas y huye de protagonismos. «No me voy a disfrazar de candidato», dejó claro de inicio a su equipo tras ser anunciado sustituto del ejecutado Tomás Gómez.

Carmona, de la cuerda de los «tomasistas» y distanciado de la ejecutiva de Pedro Sánchez, promueve lo contrario y busca «una campaña muy personalista», admite, consciente de su tirón televisivo. Su «pim, pam, propuesta» fue sólo el disparo de salida de una carrera electoral en la que juega al desmarque de su compañero «independiente», colocado por Ferraz.

«Ángel es muy bueno, pero no lo tiene fácil con Podemos en el Corredor de Henares y en el cinturón sur de la Comunidad», señalan en el entorno del aspirante al Ayuntamiento, que lo fía todo al revulsivo de Carmona en la capital. «Es un alcalde nato», destaca un colaborador próximo, que reconoce la dificultad de encajar un perfil, «todoterreno y arriesgado» de quien se cuela cada semana en los salones de media España con otro más «contenido» como el de Gabilondo.

¿Harán actos de campaña conjuntos?, es una de las incógnitas de esta larguísima campaña en la que la «familia» socialista aspira a tocar poder después de veinte años en blanco. «Todos los que hagan falta. Esto es un asunto común», responde Gabilondo, siempre dispuesto al «consenso».

No lo ve tan claro Carmona, quien se muestra reticente al vínculo. Aunque el pasado fin de semana fue él quien amagó con un «plante» en la Conferencia Municipal del PSOE tras verse relegado del primer plano formado por Pedro Sánchez, Felipe González y Gabilondo. Entró en la fotografía tras protestarle a la federal.