FALSOS SECUESTROS EN MADRID
«¡Si quieres volver a ver a tu hijo tienes que pagar su rescate ya!»
A una anciana le pidieron dos mil euros. Su hija descubrió el engaño
Fue sobre las nueve de la noche. Estaba sola en casa y aún recuerda el susto que se llevó. Fueron los momentos más dramáticos de su vida. Manuela (nombre ficticio), es una anciana de 83 años que se salvó de caer en las redes de los secuestradores virtuales gracias a su hija. Su nieto llamó al móvil de su tío, el supuesto retenido, y comprobó que estaba tranquilamente en su vivienda.
Ocurrió el pasado 12 de marzo, después de que su abuela estuviera hablando con sus presuntos captores durante más de media hora porque le exigían más dinero del que tenía en casa. La mujer, con problemas de movilidad, no podía bajar al cajero automático. Tenía 400 euros y le pedían 2.000. «Mamá, me tienen retenido. Págales para que me suelten», le dijo al otro lado del hilo telefónico el que creyó que era su hijo.
En vista de qué no se ponían de acuerdo en la cantidad que le exigían, la anciana, desesperada y dispuesta a todo, les dio su número de cuenta bancaria. No era lo que buscaban. «Puedo llamar a mi hija que vive al lado y os da el resto». Manuela escuchó que su interlocutor lo consultaba. Respondió que sí.
«Yo abría la puerta y mi hijo mayor me contó que había un problema: "Han secuestrado al tío; de no entregar el dinero para liberarle lo matarán», relata María (nombre ficticio). No daba crédito y dije: «¿Pero qué tontería es esa?. Mi hijo replicó que mi hermano había hablado con mi madre, que era verdad, y le rogó que les hiciera caso».
Volando, se dirigió a casa de su madre, alarmada, además, por los problemas de corazón que sufre. Le arrebató el aparato y afirmó que iba a llamar a la Policía. «Le matamos», replicaron. Me indicaron que cogiera el DNI y fuera a un locutorio que había cerca. El asunto me parecía cada vez más raro y pregunté: ¿Cuál es mi calle?». Los supuestos captores, amenazantes, aseguraron: «Nos estamos poniendo nerviosos y mis dos amigos van a hacer mucho daño a tu hermano». Mientras, Manuela relataba que hiciera lo que le pedían, que no era tanto dinero. Bajó al cajero y en la calle le dijo a su hijo que llamara a su tío. «Está en casa». Respiraron.
Regresó al domicilio materno corriendo. Los supuestos captores seguían con la farsa. «Mi hijo le puso en el oído el móvil a mi madre y mi hermano le dijo: "mamá, estoy bien no te preocupes"». María colgó. Explica que cuando fue a denunciar le dijeron que ese día había puesto tres o cuatro denuncias por el mismo motivo . Tuvo que volver otro día y más de lo mismo. «No hay muertos ni heridos, lo preocupante es el riesgo que corren las personas mayores.
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