Comienza la segunda huelga indefinida de recogida de basura en Parla en dos meses
A los trabajadores les deben el mes de febrero y la última paga de beneficios
Los trabajadores de recogida de basura de Parla comenzaron el lunes la segunda huelga de recogida de basuras en sólo dos meses. La última, dejó el municipio rodeado de porquería, después de que la última finalizase el pasado 12 de enero cuando el Ayuntamiento se comprometió a realizar unos pagos a la empresa que no se han cumplido, y los trabajadores han vuelto a no cobrar.
El paro anterior duró diez días y tuvo al municipio enterrado entre montañas de desperdicios, ya que durante el mes de diciembre el servicio tampoco se prestó con normalidad porque varios trabajadores realizaron lo que desde algunos sectores se catalogó como «una huelga encubierta», informa Efe.
Tres millones de deuda
Los empleados volvieron al trabajo porque el Ayuntamiento (PSOE) se comprometió con la empresa adjudicataria, la UTE Garbialdi-Sadifer, a pagarle puntualmente las facturas mensuales (unos 700.000 euros) y a ir saldando también durante la primera mitad del año la deuda anterior acumulada por este servicio, de más de tres millones de euros.
Sin embargo, el portavoz de UGT en el comité de empresa de Garbialdi-Sadifer, Cesar Martín, a Efe que «el Ayuntamiento no ha cumplido su palabra» y la empresa vuelve a adeudarles la nómina de febrero y la última paga de beneficios.
Según el portavoz sindical, llevan manteniendo conversaciones con el Ayuntamiento desde el día 3 para ver cómo solucionar el conflicto, y desde el equipo de Gobierno les han transmitido que están pendientes de un crédito que habían solicitado y les ha sido concedido, pero que ahora deben formalizar.
«Pero la última noticia que tuvimos fue que podía haberse formalizado el viernes pasado y que así nos pagaran, o que a lo mejor era hoy. Pero ni el viernes, ni hoy, ni las semanas pasadas se ha hecho», lamenta.
En enero los trabajadores protestaban porque se les adeudaban dos nóminas y ahora, con dos huelgas casi consecutivas, algunos de estos empleados están pasando por dificultades económicas.
«La situación es complicada, porque tenemos que pagar facturas, las letras de los pisos, tenemos que comer... Y encima, hace sólo dos meses que teníamos otra huelga. La verdad es que no sé cómo puede terminar esto, pero nos gustaría que se solucionase de una vez por todas y para siempre», sentencia el portavoz de UGT.