se quema a lo bonzo frente al hospital

«¡Socorro, me quemo. Ya lo habéis logrado!»

El hombre que se prendió fuego a las puertas del Doce de Octubre está grave, intubado y sedado

«¡Socorro, me quemo. Ya lo habéis logrado!» víctor lerena

t. g. rivas / A. Martínez

Yolanda y su familia nunca olvidarán la escena que presenciaron al llegar a la zona de Urgencias del Doce de Octubre . Por la rampa que da acceso al aparcamiento bajaba un hombre envuelto en llamas. Era un paciente de la unidad de Psiquiatría del centro, según fuentes de Emergencias. «Era una auténtica bola de fuego. Una antorcha humana», recuerda en conversación con ABC. Segundos después de ver cómo se acercaba al vehículo, se desplomó en el suelo e intentó hacerse un ovillo. No había mucho más que hacer. Entre gritos de «¡¡me quemo, me quemo!!... Ya lo habéis conseguido», la víctima se revolvía tendida en la carretera, intentado liberarse de las llamas.

Eran las 20.00 horas del pasado viernes. La noche que se cernía sobre Madrid y el brillo de las llamas convertía la escena en una escenografía casi diabólica.

El marido y el hijo de Yolanda, militar de profesión, tardaron poco en reaccionar. En realidad fueron ellos los que le han salvado —de momento— la vida. Sin pensarlo, actuaron rápidamente. «Mi familia cogió una manta que llevábamos en el coche para sofocar las llamas», apunta nerviosa, todavía con la escena vivida el día anterior en la cabeza. «No había nadie en la zona. Es mentira lo que se dijo en un principio que fueron los sanitarios los que extinguieron las llamas del hombre con un extintor. Los médicos llegaron mucho después, cuando ya le habíamos apagado el fuego».

«Era una bola de fuego. Lo apagábamos y se volvía a encender»

«Si no es por mi marido y mi hijo, y por otro hombre que también nos ayudó —continúa—, ese señor se muere». Yolanda narra también los angustiosos momentos en los que no conseguían extinguir el fuego que estaba devorando a la víctima. «El hombre estaba lleno de gasolina por todo el cuerpo. En cuanto le apagábamos las llamas con la manta, el fuego volvía a brotar. Lo apagábamos y volvía a encenderse. Y así durante un buen rato. Era algo impactante. Apestaba a gasolina. Era pura gasolina. Mi marido tiene la chaqueta medio quemada por lo ocurrido», señala.

Los servicios sanitarios llegaron al lugar de los hechos cuando la víctima ya se encontraba liberada de las llamas, aunque tenía el cuerpo prácticamente devorado por las llamas. Gran parte de su ropa ya se había abrasado. En una primera valoración se apreció que presentaba quemaduras en el 80% de su cuerpo, por lo que fue trasladado a la Unidad de Quemados del Hospital de Getafe, centro de referencia en España para este tipo de daños.

Fuentes del centro informaron ayer que en una exploración posterior y más reposada se determinó que la víctima presentaba quemaduras en el 60% del cuerpo. Presentaba heridas en todas las extremidades, cabeza, tronco... Además, cuenta con quemaduras profundas en la mitad del cuerpo. Por todo ello, ayer noche seguía en estado grave, intubado y sedado.

«¡Socorro, me quemo. Ya lo habéis logrado!»

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