La siniestra tradición que dio nombre al mercado madrileño de El Rastro

Su denominación tiene que ver con sus orígenes, en el siglo XV. En la zona se ubicaban los mataderos de la Villa

La siniestra tradición que dio nombre al mercado madrileño de El Rastro isabel permuy

s. l.

La tradición popular cuenta que la denominación de El Rastro tiene que ver con los matadero que se ubicaba en la plaza del General Vara de Rey y los curtidores que se instalaron en Ribera de Curtidores durante sus orígenes, en el siglo XV y XVI.

Los restos de los animales sacrificados y degollados se arrastraban diariamente desde el matadero, dejando a su paso un rastro de sangre en la calle. Según la plataforma de El Rastro , Hilario Peñasco y Carlos Cambronero en su libro «Las calles de Madrid», sin negar el sentido tradicional de la palabra, señalan que el término también significaba «las afueras» donde alcanzaba la jurisdicción de los alcaldes de la Corte.

El Rastro, tal y como lo conocemos hoy en día, con la venta de productos de todo tipo, se remonta al siglo XIX. Mesonero Romanos describe en su obra «El antiguo Madrid» (1861) que ya entonces se vendían allí «ustensilios, muebles, ropas y cachivaches averiados por el tiempo, castigados por la fortuna o sustraídos por el ingenio a sus legítimos dueños». Al lugar, acudían, según el escritor «clases desvalidas, los jornaleros y artesanos».

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