Ignacio González atribuye su caída a una «campaña orquestada»

La «cacería» con el ático y el caso Espionaje le apartan de la candidatura

Ignacio González atribuye su caída a una «campaña orquestada» efe

María Isabel Serrano

Quería seguir al frente del Gobierno regional madrileño. Ignacio González (Madrid, 19 de octubre de 1960) fue el primero en dar un paso al frente y ofrecerse como candidato. Sabía que la decisión correspondía a los máximos órganos del PP y, especialmente, a su presidente, Mariano Rajoy. Lo respetaba pero siempre mostraba confianza en sí mismo, en su equipo y en haber logrado mantener a Madrid como «el motor de la economía».

Hasta ayer. Una llamada de la secretaria general de su partido, María Dolores de Cospedal, a primera hora de la tarde truncó su sueño. Ignacio González se quedaba en la cuneta después de un «calvario» político y personal, se decía en su entorno. Él mismo se lamentaba, a los pocos minutos de conocer la decisión del Comité Nacional del PP, de que «una campaña orquestada en las últimas semanas haya condicionado la decisión sobre la candidatura».

González ha estado en el punto de mira desde hace tiempo. «Despertaba envidias» o «no han parado hasta achicharrarle», reflexionaban ayer dirigentes populares madrileños. Lo cierto es que el aún presidente de la Comunidad de Madrid ha venido criticando la «cacería» y el «ruido mediático que estaba sufriendo» con las informaciones sobre su ático en Estepona y el supuesto espionaje de altos cargos del Gobierno regional, casos que han salido airosos de los tribunales. De hecho, el Tribunal Supremo ha archivado tres veces las querellas por el caso del famoso ático. El entorno del presidente regional madrileño tenía, desde después del verano, la mosca detrás de la oreja. El camino hacia la designación para ser el candidato a la Comunidad de Madrid no era fácil. Iba a tener dificultades, incluso dentro del propio PP madrileño y nacional. Era el «fuego amigo», un ingrediente que combinado a la «campaña orquestada» ha dado lugar a un cóctel explosivo. Conclusión: el que primero se ofreció no podrá llegar a la meta. Y eso que recibió un chorro de aire fresco cuando, a finales del pasado mes de enero, en la Convención del PP madrileño, Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal le invitaron a subir al estrado para intervenir en la sesión de clausura.

Ignacio González, casado con Lourdes Cavero y padre de tres hijas, es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y funcionario del Cuerpo Técnico Superior del Ayuntamiento de Madrid, al que accedíó por oposición en 1984. Por lo tanto, si decide «aparcar» la política, puede volver a su puesto de funcionario. También tendría derecho a ocupar asiento en el Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, como lo tienen los expresidentes regionales Joaquín Legina y Alberto Ruiz-Gallardón.

La trayectoria profesional de González siempre ha estado vinculada a la Administración Pública. El «delfín» de Esperanza Aguirre —de la que fue vicepresidente y a la que sustituyó al frente de la Comunidad de Madrid en septiembre de 2012—, había pasado antes por los ministerios de Interior, de Administraciones Públicas y de Educación.

Estuvo al cargo de la noche del 31 de diciembre de 1999 al 1 de enero de 2000. Había una gran incertidumbre ante un posible desajuste tecnológico e informático en toda España. Aquella vez, Ignacio González sí salió airoso.

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