madrileños con historia
La aristócrata centenaria que tuvo por madrina a la hermanastra de Isabel II
María Cristina Chico de Guzmán nació y vivió en un palacete de la Plaza de la Villa. Un tío suyo fue maquinista de Alfonso XIII
Cumplir 101 años y derrochar alegría no está al alcance de todos. Para María Cristina Chico de Guzmán y Mencos, sí. Historia en estado puro. Castiza hasta la médula, nació un 4 de marzo de 1914 en la Plaza de la Villa. El Bautismo lo recibió en brazos de María Cristina Muñoz y Borbón Dos Sicilias, hermanastra de Isabel II . Tiene muchos recuerdos. ¡Y móvil! «Sí, hija, sí. Es lo único bueno de estos tiempos», dice.
Noticias relacionadas
Hablar con ella es un auténtico placer. Recuerda todo. No falla. Su memoria y su verbo son ágiles y robustos. El tiempo vuela a su lado, escuchándola, sentadas en un confortable sofá de su casa en el centro de Madrid. «Haber nacido y jugado en la Plaza de la Villa fue maravilloso», nos dice. Ella lo llama, simplemente, «una circunstancia feliz». Lo cierto es que María Cristina echa la vista atrás y se imagina en aquel palacete de su infancia, que daba a la calle del Codo y a Mayor, con sus dos hermanos, los mejores compañeros de juegos de aquellos años.
El maquinista de Alfonso XIII
«Fíjate —comenta con esos ojos que se abren de par en par—, yo llevo mi nombre por mi madrina, la pobre se murió el día de mi Primera Comunión. Qué casualidad. La hice en la Iglesia del Corpus Christie, ya sabes, la de las Carboneras». De inmediato, casi sin darnos cuenta, relata que un hermano de su madre fue el maquinista de Alfonso XIII . «Sí. No le gustaba estudiar y se metió en aquello de los trenes. ¡Mira qué bien le salió!». Y que su padre, al que ella recuerda fumando en el balcón de la su casa de la Plaza de la Villa mirando hacia la Torre de los Lujanes, era primo hermano de la Madre Maravillas Pidal y Chico de Guzmán , una de las místicas del siglo XX.
Y en esas que nuestra María Cristina se nos arranca a cantar. «De España vengo/de España soy... /Voy pregonando España por todas partes por donde voy».
El secreto de la belleza
Asegura que no es coqueta pero se ha adornado con una estola de visón —«es muy antigua»— y un collar que se hizo ella misma. ¿Su secreto de belleza? Respuesta directa y tajante: «Ninguno. No me he tintado el pelo. Nunca. Es para que me respeten mis sobrinos. Tampoco uso perfume. ¿Para qué? No me hace falta. Sólo agua y jabón. Huelo muy bien» y, enseguida, nos da la clave: Heno de Pravia y La Toja.
Su casa es confortable y señorial. Fotos antiguas que delatan una vida familiar y social muy activa. Realeza, aristócratas, sus padres, hermanos, tíos, primos... Y, de pronto, María Cristina se lanza a por la imagen, en tonos ya sepia, de una mujer guapísima. «Fue emperatriz de Brasil y madrina de mi madre», asegura con desparpajo.
La bandera de Castilla
Nuestra cumpleañera está soltera. «Claro. El que a mí me gustaba no le gustaba yo. Y al revés. ¡Qué le vamos a hacer!». Tampoco le da mayor importancia. La familia, y los sobrinos, siempre han estado junto a ella.
Apasionada de las verbenas, nos recita una coplilla que, dice, pudo ser el origen de su apellido paterno: «Sobre los muros de Cuenca, siendo de moros ciudad, la bandera de Castilla puso un Chico de Guzmán...».
Escritora por vocación, enseña orgullosa un «Diario de la guerra» que iba escribiendo todos los días de la contienda civil española. «La pasé en Pamplona». De eso no quiere hacer mucha memoria. Se le nota. Ahí lo dejamos. Feliz cumpleaños.