elecciones a rector de la complutense
Carlos Andradas: «Esta Universidad se ha venido abajo en los últimos cuatro años»
Repite en la carrera electoral por el Rectorado de la Complutense. Hace cuatro años se lo disputó a su compañero Carrillo. No habrá más intentos
El profesor Andradas lleva la losa de haber sido vicerrector con Carlos Berzosa en uno de los periodos más polémicos de la Universidad Complutense (UCM) . En 2011 quiso sustituirle y se presentó a las elecciones. Cayó en la primera vuelta. Ahora repite el intento. Y no habrá un tercero. Si no gana se retirará a sus clases y a sus laboratorios. «Me gusta —confiesa—, poner proyectos en marcha». Eso es lo que le pierde a este candidato de izquierdas. Ahí está, por ejemplo, el Campus de la Excelencia... A medio gas.
—¿Qué ha cambiado en su guión para repetir la aventura electoral?
— Tengo más ganas. Espero tener más apoyos entre el profesorado. Me gusta poner proyectos en marcha.
—¿Como el de un nuevo Rectorado?
—Exacto. Para que esta universidad se venga arriba.
—¿Y desde cuándo está abajo? Porque a usted no le perdonan haber estado con el rector Berzosa en la decadencia de la Complutense.
—La UCM se ha venido abajo, fundamentalmente, en estos últimos cuatro años. Hace siete u ocho años se hicieron muchas cosas, incluidos los errores. Desgraciadamente, en estos últimos cuatro años lo que ha dominado es la inacción, la ineficacia y la falta de transparencia.
—¡Pues estamos apañados!
—Yo espero que dentro de unos meses estemos mejor.
—¿Apunta directamente a José Carrillo del que, por cierto, fue compañero de equipo rectoral?
—Estoy pintando un periodo rectoral. Cada uno de los candidatos tiene su mochila. Hay un candidato que viene del Ministerio y tendrá que explicar las actuaciones que ha hecho sobre las universidades. Otro es el rector actual y deberá dar cuentas de su gestión. Y hay otros que nos tienen que detallar su entrada en esta carrera electoral.
—¿Qué hay nuevo dentro de la mochila del profesor Andradas?
—Un conocimiento más profundo de la UCM y de la investigación.
—A usted le culpan de una parte de la deuda histórica de 150 millones de euros. ¿Qué dice en su descargo?
—Los números hay que analizarlos. Todos sabemos sumar. Deuda: 150 millones. Se han ingresado 60 de la Comunidad de Madrid. Se han aplazado otros casi 60 —en concreto 57,1—, que parecen que no son deuda porque se han aplazado, pero hay que empezar a pagarlos desde el año que viene. Ahora, el Rectorado reconoce que queda una deuda de 30. Bueno, pues habrá que pensar que 60, más 60, más 30 son 150. Es decir, en términos de deuda, estamos exactamente igual excepto lo que se ha ingresado de la Comunidad de Madrid que, curiosamente, fueron reclamaciones mías.
—Ya, pero como hemos informado en ABC, una de las sentencias, la que obliga a la Comunidad de Madrid a abonar 43 millones a la UCM, es dinero para infraestructuras y no, exactamente, para tapar deudas
—Claro. Es que esa sentencia no la he sumado. Yo me refería a lo que ya se ha ingresado. Nosotros presentamos cuatro reclamaciones. Tres se han resuelto, que son esos 60 millones. Y la última sentencia, relativa al incumplimiento del Plan de Infraestructuras de 2010, son esos 43 millones que la Comunidad tiene que abonar ahora para infraestructuras. Esos 43 millones no los toco. En ese terreno se ha invertido una ridiculez. El dinero se ha usado para otras cosas.
—¿Está denunciando opacidad?
—Es falta de transparencia. La información no fluye adecuadamente.
—¿En qué ha cambiado su guión para conquistar ahora el Rectorado?
—Defiendo un proyecto por la calidad. El profesorado y el personal de administración y servicios me conocen. Espero que los estudiantes de la Complutense me puedan conocer. También he puesto en marcha un proceso de participación de toda la comunidad universitaria. Es prioritario un proceso de modernización de la UCM, algo fundamental para captar profesores y alumnos extranjeros. Aires nuevos.
—¿Ha tocado fondo el desprestigio de la Complutense?
—La Complutense sigue teniendo un prestigio importante, sobre todo en Iberoamérica, pero ha perdido presencia y músculo. Necesita ponerse las pilas. Y enseñar más su Campus de Excelencia, un proyecto que yo puse en marcha en colaboración con la Universidad Politécnica.
—¿Sería usted un rector menos permisivo con los botellones?
—Es difícil pero hay que intentarlo. Somos una universidad metropolitana y eso tiene cosas buenas y malas. Por eso hay que transformarla en un campus de dinamización. Aquí hay edificios singulares y ecosistemas de plantas extraordinarios. En el Campus de Excelencia estaban previstos, y digo estaban, circuitos por la ciudad universitaria para todos los ciudadanos, arquitectos, científicos ...
—¿Esta vez sí se ve de rector?
—Sí. Percibo más simpatías. Espero tener más apoyo. En 2011 el PAS me dio la espalda por otros motivos.
—¿A la segunda va la vencida?
—A la segunda va la vencida. En efecto. Si no sale, no habrá tercera.
—¿Usted también sospecha que Podemos apoya a Carrillo?
—Ni lo sé ni me importa. Mi proyecto es académico.
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