Protesta de minoristas: guerra de horarios en Mercamadrid
El mercado planea modificar su apertura y cierre; los comerciantes no quieren cambios sin una consulta previa
Mercamadrid, el mayor mercado mayorista del mundo –salvando, en el caso del pescado, el de Japón–, abre sus puertas mucho antes de que salga el sol. Esas primeras horas de la madrugada son aprovechadas por decenas de miles de tenderos para hacerse con la carne, el pescado, la fruta y verduras frescas que poco después expondrán en sus puestos. Pero la principal asociación de estos minoristas teme un cambio en los horarios que pueda afectarles en su organización laboral y en su forma de vida. Y avisan: no están dispuestos a aceptar ninguna modificación en este sentido en la que no se cuente con ellos.
Luis Pacheco, presidente de la Confederación de Comercio de Madrid (COCEM), que reúne a los comercios especializados de pescados, carnes y frutas –Adepesca, Fedecarne, Adefrutas y Asedec– explica que en la actualidad se barajan varias opciones: o dejarlo todo como está, o empezar más tarde, sobre las ocho de la mañana, y continuar con la venta hasta las 12 o las 13 horas. E incluso facilitar que pueda accederse al mediodía, cuando se cierra el comercio: de 14.00 a 17.00 horas.
Desde Mercamadrid, portavoces oficiales aseguran que no hay nada: «Ese tema no está actualmente sobre la mesa». De estarlo, avanzan, «por supuesto que se contaría con ellos». Pero los minoristas, tras reunirse con los responsables del gran mercado central, salieron con una impresión muy distinta, y seriamente preocupados. Tienen una idea clara: «O se negocia con nosotros, o no aceptaremos cambios de horarios».
Pero Pacheco, en nombre de su organización, ha dado la voz de alarma porque esta «guerra de los horarios» aparece y desaparece, como el Guadiana, con cierta periodicidad. «Se llevan años dándole vueltas a si los actuales son los idóneos o no». Cree que en ocasiones se han lanzado «globos sonda» para ver cómo caía la idea, pero «ahora, suena más fuerte que nunca».
Los horarios de la compra minorista en Mercamadrid son muy importantes para la vida en la ciudad. De hecho, repercuten en muchas otras actividades, empezando por el tráfico: «Ahora, la hora punta de la mañana se ve agravada por la salida de cinco o seis mil coches desde Mercamadrid», indica Pacheco.
El asunto también tendría repercusión sobre el impacto medioambiental, e incluso en la ordenación de los mercados, puesto que el horario de Mercamadrid está directamente relacionado con los de descarga en los mercados.
Igual de fresco
Entre las posibilidades que se manejan, según Pacheco, están la de empezar a vender en torno a las 8 o las 9 de la mañana. De este modo, se conseguiría ahorrar costes, porque las horas de trabajo a abonar ya no serían nocturnas. O podría intentar facilitar a los comerciantes que acudieran en la franja del mediodía, cuando las tiendas se cierran para comer.
El presidente de Cocem no adelanta sus preferencias por ninguna opción: cree que esto es algo que se debe discutir largo y tendido, sopesando pros y contras, que varían según el tipo de negocio, el sector del que se trate y otras muchas circunstancias particulares: «Hay que escuchar a todo el mundo», apunta el presidente de Cocem.
En todo caso, asegura que los cambios de horario nunca repercutirán en el cliente: «No habrá variaciones en frescura y calidad, e incluso podría mejorar en momentos concretos, como los fines de semana». La preocupación de los comerciantes de Cocem ha llegado hasta el punto de emitir un comunicado explicando su postura en este asunto, y advirtiendo que no aceptarán cambios de horario si ellos no están presentes en las mesas de negociación donde se decidan.
Recuerdan también que los comerciantes representados en Cocem «representan el 75 por ciento de los clientes de Mercamadrid». Pacheco insiste en que «un cambio de horario en la compra-venta de alimentos en Mercamadrid implica un cambio de modelo de negocio y de vida personal de los comerciantes minoristas, y por este motivo exigimos estar presentes en todas las mesas y espacios de debate que se están organizando para tratar esta modificación del sistema de funcionamiento del Mercado».
En opinión del presidente de Cocem, «el mercado son los detallistas; se nos está ninguneando y eso no puede ser. El detallista es el cliente: tienen que contar con nosotros».
Modernizar el gran mercado
No es la única reclamación que tienen sobre el funcionamiento de Mercamadrid: «Nosotros pagamos el acceso al mercado; pagamos por ir a comprar. Llevamos años reclamando que eliminen esa tasa, sin éxito».
Está de acuerdo en la necesidad de comenzar un proceso de modernización en Mercamadrid, y en convertir el mercado central en una instalación más moderna y vanguardista. La situación es complicada para todos, dicen: «Queremos rescatar la vida que le queda al sector, donde quedan un 25 por ciento de los establecimientos que había en el año 1980». Y advierte: «La salud del sector mayorista depende del minorista».
