Los cuarteles de Campamento: 26 años de un proyecto fracasado
La operación comenzó a fraguarse en 1989 con Narcís Serra y la cerró Bono en 2005, pero la crisis la paró
La Operación Campamento es uno de esos grandes proyectos que permanecen inalterados sobre las mesas de los despachos durante décadas, mientras los terrenos y las edificaciones afectadas se mantienen en el olvido más absoluto. Este, en concreto, fue aprobado mediante convenio entre el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento de Madrid en el año 2005, pero su origen se remontaba a 1989.
Fue en esa fecha cuando el ministro de Defensa, Narcís Serra, el presidente regional Joaquín Leguina, y el alcalde madrileño Juan Barranco –los tres socialistas– dan a luz a este proyecto para recuperar los terrenos que habían ocupado instalaciones militares y que estaban en desuso.
Tuvieron que pasar varios años para que, en 2005, esta primera intención se convirtiera en acuerdo: lo hizo otro ministro de Defensa socialista, José Bono, y un alcalde de Madrid del PP, Alberto Ruiz-Gallardón.
Entonces, se establecía que sobre las 891 hectáreas de superficie se levantarían 22.100 viviendas –en dos fases–, de las que 13.100 tendrían algún tipo de protección pública. También se preveían oficinas, zona comercial y equipamientos sociales, deportivos y educativos, además de infraestructuras como prolongación de la línea 10 de Metro, o un túnel bajo la A-5, entre la M-40 y la carretera de Boadilla del Monte.
Primeros derribos
Las demoliciones se anunciaban para julio de 2005, y preveían que las primeras viviendas estuvieran listas en 2007. En realidad, los derribos se iniciaron en febrero de 2006, con la presencia del presidente Rodríguez Zapatero. Luego, se ralentizaron.
En 2009 se terminó de redactar el plan urbanístico relativo a esta operación. Se hablaba entonces, en la documentación oficial de Defensa, de una primera fase con 2,1 millones de metros cuadrados de suelo, sobre los que construir 10.700 viviendas, de las que 7.000 serían protegidas. En una segunda fase, sobre 6,8 millones de metros cuadrados de suelo, se construirían 11.400 viviendas.
El plan parcial de reforma interior aprobado en marzo de 2009 para la primera fase establecían 147.000 metros cuadrados de edificabilidad para usos terciarios: un frente de edificios singulares de oficinas en el lado noroeste de la A-5, zonas de viviendas de entre 4 y 12 plantas, tres edificios exclusivos para uso comercial y una red de comercio de proximidad en los bajos de los edificios. Si el proyecto de Wang se ajustaba a esto, decía el Ayuntamiento el mes pasado, podría obtener las licencias «mañana mismo».
En 2011 el Consejo de Ministros aprobó que Defensa le vendiera a Fomento parte de los terrenos, para levantar los primeros pisos. Una decisión que anuló más tarde, tras conocer una sentencia del Tribunal Supremo de 2012 que tumbaba una veintena de planes urbanísticos en la capital, incluido Campamento. El Ayuntamiento desbloqueó la situación legal.
En noviembre de 2012 se derribó otro edificio, el cuartel Muñoz Grandes, catalogado y con protección, entre una oleada de protestas. La crisis parecía haber dejado en un definitivo «standby» el proyecto. Ahora la voluntad y la fortuna de Wang Jianlin puede pulsar de nuevo el botón de «on».
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