Oleada de robos en una cotizada manzana de Arturo Soria
En un bar hicieron un butrón y se llevaron más de 7.000 euros. En otra tienda, desvalijaron dos cajas fuertes y huyeron con el botín
Siete mil euros por lo menos. Ese es el montante que se llevaron los amigos de lo ajeno de una cafetería situada en el número 198 de la calle de Arturo Soria (Ciudad Lineal). Y todo ello, en un rato. Ocurrió la madrugada del 13 de enero. Apenas cinco días después, los asaltantes se adentraron en un comercio situado en el número 200. En ese caso el botín también fue sustancioso: desvalijaron las dos cajas fuertes del comercio, un WorkCenter.
Los delincuentes accedieron también por un patio interior y fracturaron la luna trasera de la tienda. Una vez dentro, forzaron las dos cajas fuertes de la tienda que no estaban ancladas y huyeron con el botín, según confirmaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía. Ayer los operarios colocaban la luna del escaparate que fue fracturada.
No son los primeros robos que sufren los comercios situados en esta cotizada manzana, según los afectados, que dicen que han cometido varios de una tacada. El restaurante bar Penmarric ha sufrido tres en menos de un año. Así lo indicó a ABC Javier, uno de sus empleados. «Entraron por la parte trasera, un patio al que dan los bloques colindantes. Hicieron un butrón de dimensiones considerables y se tomaron su tiempo. Yo llego a las cinco de la mañana y abro al público a las seis. Ese día, al entrar, lo hallé todo revuelto y me temí lo peor», indica.
Así fue. Las máquinas tragaperras fueron forzadas, al igual que las del tabaco, se llevaron el dinero del cambio, hasta diez jamones y las botellas más caras, explica. «Tenemos alarma, pero no sé qué pasó que no sonó. Vamos a pedir responsabilidades porque no es normal», se lamenta.
Este local recibió también el pasado mes de agosto la visita de los ladrones. «Entonces entraron por el techo. Lo destrozaron con una cizalla. Tuvimos que cerrar porque estaba todo el bar al aire libre, con la consiguiente pérdida económicas teniendo en cuenta que éramos la única terraza que estaba abierta en esta zona», asegura.
«Así no se puede vivir»
Tanto él como Esperanza, su mujer, explican que en esa ocasión no se llevaron nada «Se cebaron con el tejado». En marzo pasado sufrieron otro butrón similar a este último. «Entraron por debajo de la vieja ferretería aledaña. Saquearon lo mismo que el martes pasado y, además, por si no fuera suficiente, se llevaron carne y otros productos que teníamos en la cámara», aseguran.
Ellos tienen una teoría. Consideran que no es casual lo que les está pasando. «Nos están acosando. Creemos que es porque somos el único local que pervive en esta zona, muy golosa, en donde había otros dos, todos ellos alquilados. Los demás se marcharon cuando cambió la propiedad y nosotros nos resistimos hasta el final...», indican. «No sabemos qué sucede. Es todo muy raro. El alzamiento era el día 12 de enero y el 13 nos robaron. No pensamos tirar la toalla».