Una pelota para huir de la marginalidad

La Fundación Real Madrid encabeza un proyecto de integración social para medio centenar de niños en El Gallinero

Una pelota para huir de la marginalidad josé ramón ladra

IGNACIO S. CALLEJA

El baloncesto y el fútbol, desde octubre de 2013, se elevan para los niños de El Gallinerocomo el principal y único alivio contra la miseria y la marginalidad que sepultan al citado poblado chabolista, ubicado a 14 kilómetros del centro de Madrid. La Fundación Real Madrid, junto al Ayuntamiento de Madrid y el IRIS (Instituto de Realojamiento e Inserción Social), utiliza, en este sentido, los valores del deporte para la integración social de casi medio centenar de niños, con edades comprendidas entre cinco y doce años, a través de un proyecto, el de la Escuela Sociodeportiva de dicha fundación en Vicálvaro, que cubre la educación, alimentación, transporte e higiene de los menores dos días por semana. «Es un proyecto completo, con el baloncesto y el fútbol como elementos integradores», señaló ayer Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, en su visita al centro deportivo municipal de Vicálvaro, en la que estuvo acompañado por Ana Botella, alcaldesa de Madrid. Lo importante, declaró Botella, es «que nadie quede excluido, especialmente los más pequeños y vulnerables», «La educación es muy importante y el deporte es una de las formas para acometerlo», dijo.

El éxito del proyecto, que encara su segunda edición después de ser reconocido por la Asociación de Clubes Europeos como la mejor acción social corporativa entre más de cien propuestas, se palpa no sólo a nivel lucrativo y de ocio, sino, especialmente, en el plano educativo. «Normalmente, los niños que están en las escuelas mejoran mucho su nivel académico», señaló Butragueño, que destacó cómo los pequeños, a pesar de las dificultades iniciales por las particularidades del El Gallinero, se «han adaptado a las normas», aceptando valores del deporte como la disciplina, la convivencia y el respeto.

El programa, que igualmente prevé la inserción laboral y social de dos adultos del asentamiento, encargados de la supervisión de los niños durante el transporte, supone un comienzo de respuesta a un estudio reciente sobre el poblado, elaborado por Save the Children y la Universidad Pontificia de Comillas, en la que, además de ayudas para la escolarización, se demandaba la urgente necesidad de que existiera en la zona un lugar seguro para jugar, libre de basuras, excrementos y cristales.

«Escasas salidas»

La idea, señaló Pedro Navarrete, del IRIS, es que los menores «tengan un espacio de ocio y desarrollo y que puedan jugar». «Es de las pocas salidas que tienen para integrarse en la sociedad», concluyó Navarrete.

Además de la Fundación Real Madrid, el Ayuntamiento, que cede las instalaciones, e IRIS, el proyecto cuenta con la colaboración fundamental de HSBC, Colgate, El Corte Inglés y la fundación Barclays, para los que la alcaldesa de Madrid tuvo palabras de agradecimiento, en la línea de la confianza mostrada hacia el deporte como elemento cohesionador, y hacia el Real Madrid, que, destacó, «ha sabido unir a su etiqueta de equipo ganador la demostración del deporte como escuela de valores para la vida».

El proyecto, cada vez más consolidado, supone, por tanto, una oportunidad única para la zona, con un índice de pobreza humana del 93,07%; y, especialmente, para los niños, que ataviados con equipaciones del conjunto madridista, no pararon de gritar: «¡Real Madrid, Real Madrid!».

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